Se detuvo el pánico… por lo pronto

Por lo pronto se logró detener el pánico.

Las acciones de las autoridades norteamericanas, que aseguraron la totalidad de los depósitos del Silicon Valley Bank (SVB) así como del Signature Bank, independientemente de su monto, lograron evitar que la preocupación en los mercados le pegara de manera sensible a otras instituciones bancarias.

Antes de la apertura de los mercados en Estados Unidos, el temor ya había llevado a fuertes caídas en las bolsas europeas, que cerraron con retrocesos de alrededor de 3 por ciento.

Ocurrió lo mismo con ese termómetro del riesgo, que es la cotización del peso frente al dólar.

Antes de la apertura de ayer, nuestra moneda se había depreciado hasta ubicarse por arriba de 19 pesos por dólar.

Con los anuncios hechos por los reguladores en EU, ayer por la tarde el peso se logró recuperar hasta niveles cercanos a los 18.90 por dólar.

Las autoridades financieras estadounidenses parecen haber reaccionado con suficiente agilidad para evitar la propagación del pánico.

Pero ¿serán suficientes las medidas tomadas?

Desde luego que no.

Como ayer le comentaba en este espacio, más allá de los errores específicos cometidos por los administradores del SVB, el origen del problema radica en el alza rápida de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal.

Uno de sus impactos es la caída en el valor de los bonos adquiridos por las instituciones, que eventualmente puede llevarlas a requerir cantidades importantes de capital adicional.

Si el incremento de las tasas continúa de manera enérgica, como hasta hace pocos días lo sugería el propio Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, se pondría en riesgo a más instituciones.

Por esa razón, el día de ayer empezó a discutirse en los mercados si no sería conveniente interrumpir ya el ciclo alcista de las tasas.

Tan pronto como la próxima semana se anticipaba un nuevo incremento de un cuarto de punto o incluso de medio punto porcentual. Lo que ahora ya está en duda.

Si eso ocurriera, podría haber repercusiones importantes también para México, pues quizás también se interrumpiera la esperada alza que vendría en la próxima decisión de política monetaria del Banco de México.

Es probable que la suspensión de las alzas de las tasas en EU también condujera a que el proceso de reducción de la inflación fuera más prolongado.

Y no habría que descartar que aun sin nuevas alzas, los niveles elevados que ya tienen permanecieran por un tiempo más prolongado.

Las crisis financieras son inherentes a las economías de mercado. Han ocurrido desde hace siglos y van a seguir ocurriendo.

La gran diferencia son los alcances y las consecuencias que tienen.

Pensar en que la economía va a funcionar con estabilidad financiera permanentemente es una ilusión.

Lo deseable hoy es que se hayan aprendido las lecciones y que más temprano que tarde la autoridad intervenga, como ocurrió en este caso.

En México tenemos un sistema bancario más sólido y menos expuesto que el de Estados Unidos.

No obstante, habrá que poner atención especial a las instituciones no bancarias que puedan estar resintiendo en su balance la caída de valor de los bonos que han adquirido.

¿En qué medida estas circunstancias cambian la perspectiva de largo plazo para la economía mexicana?

Mientras el entorno financiero se mantenga sin cambios bruscos y, por ejemplo, conduzca a niveles del dólar por arriba de 19 o incluso 20 pesos, no habrá afectaciones mayores.

De hecho, puede ser un factor positivo para las exportaciones mexicanas, así como para el poder adquisitivo de las remesas que reciben los paisanos.

No sería lo mismo si tuviéramos movimientos más bruscos.

Pero, no podemos de dejar de prestar atención a la situación financiera global, pues está muy lejos de haber encontrado nuevamente la tranquilidad.