Anton Zellinger, Nobel de Física: ‘No se puede decir que las cosas existan si alguien no las mira’

En una reciente entrevista el físico austriaco Anton Zeilinger, galardonado con el Premio Nobel, discutió la desconcertante naturaleza de la mecánica cuántica, enfocándose en el concepto del entrelazamiento cuántico. Este fenómeno, que desafía el sentido común, implica que dos partículas pueden estar correlacionadas de tal manera que la medición de una afecta instantáneamente a la otra, sin importar la distancia que las separe. Zeilinger sugiere que la realidad en el mundo cuántico es profundamente diferente a nuestra percepción cotidiana, poniendo en duda la existencia de una realidad objetiva e independiente del observador.

Anton Zeilinger es un destacado físico experimental austriaco, conocido como uno de los pioneros en la investigación de la mecánica cuántica, especialmente en el campo del entrelazamiento cuántico y la teleportación cuántica. A lo largo de su carrera, ha desafiado los límites de nuestra comprensión de la realidad cuántica, demostrando experimentalmente que las partículas pueden estar entrelazadas de una manera que contradice las nociones clásicas de espacio y tiempo.

Zeilinger usa la metáfora de los dados para explicar cómo las partículas entrelazadas parecen comportarse de manera predecible, pero no debido a una causalidad clásica, sino a un fenómeno cuántico que Einstein denominó “acción fantasmagórica a distancia.” La charla también toca la cuestión de si «Dios juega a los dados» en el universo, sugiriendo que, aunque podamos observar y medir la realidad, nuestra comprensión de su esencia es limitada. Zellinger le dijo a El País:

Nadie carece por completo de conocimientos previos. El entrelazamiento de dos partículas es como si tienes un par de dados. En un dado sale el tres y en el otro también sale el tres. Si en un dado sale el seis, en el otro también aparece el seis. Y siempre sale el mismo número en los dos dados… Creo que Dios pone los números para que creamos que juega a los dados, pero no juega a los dados. Dios dice: ahora es tres, ahora es dos, ahora es seis. Y nosotros creemos que Dios juega a los dados.

Zellinger añadió que él, como Newton, cree en Dios y que no le parece ilegítimo creer en Dios para un científico. Zellinger tocó el fascinante tema del observador en la mecánica cuántica. Ante la pregunta de sí la luna existe si alguien no la mira dijo:

Lo importante es que para demostrar que la Luna está ahí tienes que mirarla. Si no la miras, solo puedes recurrir a tu experiencia y a tu lógica para decir que está ahí. Pero, con las partículas cuánticas, tú no puedes decir que el sistema está ahí si nadie mira. Einstein preguntó: “¿De verdad crees que la Luna no está ahí cuando nadie mira?”. Y [el físico danés Niels] Bohr respondió: “¿Puedes demostrar lo contrario? ¿Puedes demostrar que la Luna está ahí cuando nadie mira?”. Y no, no puedes….Lo que se puede decir sobre la naturaleza, en principio, también define lo que puede existir. Así que nada puede existir sin la posibilidad de decir algo sobre ello

En la mecánica cuántica, el concepto del observador es crucial y profundamente contraintuitivo. A diferencia de la física clásica, donde se asume que la realidad existe independientemente de quien la observe, en el mundo cuántico, el acto de observación afecta directamente al estado de las partículas. Esto se ejemplifica en el famoso experimento de la doble rendija, donde la observación de partículas como electrones altera su comportamiento, cambiando de un patrón de interferencia, característico de ondas, a un patrón de partículas, como si «supieran» que están siendo observadas. Este fenómeno sugiere que la realidad cuántica no es fija, sino que se moldea en función de la interacción con el observador, lo que ha llevado a debates filosóficos sobre la naturaleza misma de la realidad.