Triple presencia temática de México en la contienda Biden vs Trump
Biden y Trump acudieron el mismo día a Texas a defender sus programas antimigración, principal preocupación del electorado. El segundo tema es el fentanilo, que ha causado estragos en la juventud blanca de EEUU, y el tercero es el voto de los mexicanos guadalupanos en California y Texas, estados que ostentan el mayor número de votos electorales.
Hace una semana visitaron la incandescente e indecente transfrontera de Texas con México, en vísperas de las primarias bipartidistas del supermartes, cuando arrasaron los dos rivales presidenciales por segunda vez y donde el tema de la inmigración nacional constituye jerárquicamente la máxima preocupación del electorado estadunidense.
Texas Tribune arguye que «en un lapso de varias horas, dos presidentes estadounidenses visitaron la frontera de Texas con México, un recordatorio de la importancia de la región en el fracturado debate nacional sobre la inmigración y la seguridad fronteriza».
Brownsville pertenece a Texas, ostenta una población de casi 200.000 habitantes y forma parte del área metropolitana que incluye a la ciudad mexicana de Matamoros, que con casi 600.000 residentes, pertenece al estado mexicano de Tamaulipas, el mismo que ha pasado a la fama por el abundante tráfico de drogas, la ominosa y notoria presencia del Cartel de los Zetas y su pletórica posesión de shale gas (gas esquisto), en particular, en la Cuenca de Burgos.
A la dupla transfronteriza entre Matamoros y Brownsville se le conoce como Borderplex. En Brownsville predomina la mayoría latina, con 94%.
Biden ha dado una voltereta espectacular como consecuencia del terrible fracaso en su política migratoria —donde periclitaron tanto la vicepresidenta, Kamala Harris, como el cubano-estadunidense Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad, hoy motivo de un impeachment en el Congreso— y cuyas experimentaciones antihumanas denuncié en mi libro «El Espejo Negro de EEUU: la Migración Latinoamericana».
Desde Brownsville, en el Valle del Rio Bravo, Biden, quien ahora por motivos electorales empieza a converger con la postura de Trump, urgió legislar al Congreso una Enmienda bipartidista sobre migración para impedir el cruce ilegal a EEUU, así como agilizar los procesos de reclamo de legítimo asilo.
A casi 483 kilómetros de Brownsville, en la parte noroccidental de Texas, en Eagle Pass, el hoy favorito en los sondeos, Trump, se confinó a su consabido discurso antimigratorio en frente del gobernador republicado de Texas, Gregg Abbot, quien declinó su invitación a formar parte en el boleto como candidato a la vicepresidencia.
En forma insólita, para no decir supremo engaño, Biden invitó a Trump a colaborar con su propuesta de Enmienda bipartidista sobre la inmigración.
Eagle Pass ha sido bautizada como «la puerta de México» —a más de tres kilómetros de la frontera mexicana con una población de casi 30.000 habitantes que se encuentra conurbada con la zona metropolitana de la ciudad de Piedras Negras, Coahuila, con más de 210.000 residentes— y es la ruta más rápida entre México y la Ciudad de San Antonio, que tiene más de 1,4 millones de habitantes: la segunda población más importante de Texas con más del 57% de guadalupanos mexicanos del total de 63% de latinos.
Trump ha hecho del tema migratorio su leitmotiv para conseguir su segundo mandato presidencial y explícitamente ha adelantado que operará una inespecífica expulsión masiva de migrantes ilegales, lo cual afectará inevitablemente a México que hoy padece el flujo y reflujo de las oleadas migratorias provenientes primordialmente de Centroamérica. ¡Todo un tema que, guste o disguste, le puede dar a Trump su segundo mandato!
Los republicanos han expuesto la hipocresía antimigratoria de Biden, quien supuestamente alentó en forma secreta la migración de más de 325.000 inmigrantes por año en vuelos secretos aéreos a enclaves muy bien seleccionados para favorecer la redistritación electoral del partido demócrata. Los partidarios de Biden han negado rotundamente esta letal acusación.
El segundo tema en el que México es copartícipe versa sobre el tráfico del fentanilo que ha agriado la relación bilateral, debido a la muerte por sobredosis de alrededor 100.000 jóvenes estadounidenses, en su mayoría blancos, al año.
Llama la atención la dualidad antihigiénica de la política migratoria de EEUU entre demócratas y republicanos.
Eric Holder, el fiscal general de la entonces dupla Obama/Biden, bendijo la «Operación Rápido y Furioso» en la transfrontera que llegó hasta a proveer a los carteles de la droga en México con armas pesadas —mejor pertrechados que el Ejército mexicano—, mientras Trump llegó hasta a insinuar la invasión militar a México para desmantelar principalmente al cartel de Sinaloa, señalado como el principal abastecedor de los estupefacientes químicos que cobran la vida por sobredosis de los jóvenes estadounidenses.
El tercer tema versa sobre el «voto guadalupano» de los mexicanos que ya son mayoría étnica en los dos estados con el mayor número de votos electorales en EEUU: California, 54 votos electorales, hoy bajo dominio demócrata, y Texas, con 40 votos electorales, gobernado por los republicanos.
Del total de 538 votos electorales, se necesitan 270 para ser presidente. ¡Hoy los mexicanos deciden más de la tercera parte de los votos necesarios para ser presidente de EEUU!
No se puede soslayar la enorme influencia de los guadalupanos, los católicos mexicanos que en su aplastante mayoría veneran a la morena Virgen de Guadalupe.
En este tenor, un grupo católico muy influyente en EEUU ha criticado al presidente Biden —curiosamente, católico de origen irlandés— de haber fracasado en garantizar la seguridad en la frontera con México y ha emprendido una feroz campaña publicitaria en tres estados «volátiles» (swing states) que pueden decidir la elección: Arizona, que representa 11 votos electorales, Míchigan, con 15 votos electorales, y Wisconsin, con 10 votos electorales.
A juicio de Jason Riley, del Wall Street Journal, «el peor escenario de Biden» es que los «afroestadounidenses y los latinos voten a favor de Trump». Aduce que Trump recibe el apoyo de los votantes minoritarios debido a que tuvo un mejor desempeño en la economía.
Quiérase o no, México —sin aparentemente saberlo ni explotarlo— puede contribuir en gran medida en la elección del próximo presidente de EEUU en los siguientes ocho meses, quien se tendrá que acoplar a la realidad del nuevo orden mundial en la fase «post-Ucrania».