Beber alcohol no está de moda: por qué la generación Z no bebe
El consumo de alcohol se ha normalizado por completo tanto en el día a día como a través de series y realities en los que es muy habitual que cualquier encuentro social se acompañe de botellas de vino, cervezas o copas. Como resultado, se normalizan relaciones poco saludables con el consumo de alcohol que incluso se incentivan (¿quién no ha oído la frase “desconfío de quien no bebe?”), algo que puede hacer a muchas personas caer en una dependencia. “Para una serie que se basaba en la sexualidad y en el poder, creo que el Cosmopolitan se convirtió en la versión femenina del Martini. El Martini se asocia con James Bond y con los machos alfa, mientras que al mostrar a mujeres que beben Cosmopolitan, parecían erigir a las mujeres como las alfas de su mundo”, explicaba a ‘Refinery29’ Lauren Garroni, creadora de la cuenta de Instagram ‘Every Outfit on Sex and the City’.
Tal y como comunica la Organización Mundial de Salud en su informe de ‘Estrategia mundial para reducir el uso nocivo del alcohol’, el consumo de bebidas alcohólicas ocupa el tercer lugar entre los principales factores de riesgo de mala salud en el mundo.Precisamente ha sido la OMS la que ha establecido el 15 de noviembre como el Día Mundial Sin Alcohol, una fecha cuyo fin es concientizar e informar sobre los daños físicos y psicológicos que produce el consumo de alcohol a nivel individual, pero también reflexionar sobre el efecto social. De acuerdo con un nuevo estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), casi 750 000 (4 %), de los diagnósticos de cáncer en el mundo en 2020, se atribuyen al consumo de bebidas alcohólicas. Aunque la mayoría de los casos se vinculó al consumo excesivo de alcohol, se halló que el consumo leve y moderado representaba más de 100 000 de esos casos. El alcohol es uno de los principales factores de riesgo de carga de enfermedad en España y, además de ser una sustancia adictiva que puede ocasionar dependencia, contribuye al desarrollo de múltiples problemas de salud y lesiones, incluyendo enfermedades cardiovasculares, hepáticas, neuropsiquiátricas y enfermedades transmisibles, entre otras. También existe una sólida evidencia de la asociación del consumo de alcohol y ciertos tipos de cáncer, y el impacto de su consumo va más allá de la salud de la persona que lo hace, ya que también puede producir daños a terceras personas como lesiones por tráfico, violencia o Trastornos del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF).
Sin embargo, la generación Z destaca por ser la más sobria de la historia, tal y como indica un estudio internacional de HBSC, que señala que tan sólo el 8% de los adolescentes bebe semanalmente, una cifra que supone la tercera parte de la recogida en 2006. Desde los que apuestan por la fórmula del ‘sober curiosity’, que anima a analizar por qué bebemos y a explorar de forma consciente, pasando por quienes se decantan por el ‘mindful drinking’, que aboga por cambiar la relación mental y emocional que rodea a la bebida,los jóvenes se caracterizan por haber cambiado las formas en las que se relacionan con el alcohol tras haber desatado el confinamiento unos meses que escandalizaron a las autoridades sanitarias.
Fue Ruby Warringtonn quien empleó por primera vez el concepto de ‘sober curious’ en su libro homónimo. “¿Cuán diferente sería tu vida si dejaras de beber en autopiloto? ¿Si pararas de beber del todo?”, pregunta la autora en su publicación, en la que defiende la idea de que en realidad, el alcohol es una pobre imitación de la alegría, de la confianza y de la conexión. Ella creó a partir de entonces los Club Soda, que ayudan a beber de una forma más consciente. No invitan a dejar de beber, aunque por supuesto muchos de sus adeptos son completamente abstemios, sino a beber de una forma moderada. Estos encuentros promueven también el consumo de bebidas sin, un mercado que cada vez tiene más peso. La compañía de datos Nielsen señala que el sector de bebidas de graduación alcoholica baja o carentes de alcohol ha aumentado desde 2015 un 506 % incluso el David Nutt, profesor delImperial College de Londres, está trabajando ya en un nuevo tipo de alcohol sintético llamado alcosynth. Diseñado para emular los efectos positivos del alcohol sin acarrear sus consecuencias negativas, estima que para el año 2050, esta alternativa puede haber sustituido casi por completo al alcohol.
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Incluso por motivos más banales, cada vez son más quienes se preocupan por reducir su consumo, pues aporta “gran cantidad de calorías, más si las mezclamos con bebidas azucaradas. Además, fomenta la deshidratación, dificulta la detoxificación hepática, aumenta la apetencia por las comidas grasas y azucaradas y su prioridad a la hora de ser metabolizado dificulta la quema de grasa corporal”, afirman desde Clinique La Prairie Madrid.
Por su parte Millie Gooch, que subraya la importancia de no trivializar sobre la tendencia de la sobriedad, fundó en 2018 Sober Girl Society. Se trata de una de las comunidades de mujeres sobrias más grandes del planeta en la que da consejos, fuentes y recomendaciones para quien quiera prescindir del alcohol. Desde brunches sin alcohol hasta sesiones de danza, organiza todo tipo de eventos para promover una vida en la que la filosofía 0.0 es la gran protagonista. Con la misma finalidad nace en Nueva York Hekate, que nació tras haber tenido su propio bar su fundadora, Abby Ehmann. Depsués de haber trabajado en este sector durante 30 años, decidió crear un bar en el que la diversión sustituye al alcohol, una idea que se esfuerza en señalar: “Muchas personas asumen que no beber es aburrido, pero lo más sorprendente es que al estar aquí, te das cuenta de lo parecido que es a estar en un bar habitual, pero sin peleas ni constantes vasos rotos. Por supuesto, nuestra clientela está más pendiente de todo, porque no está borracha”, asegura.
Ante la cantidad de influencers, consultores y cuentas de Instagram y de TikTok que hablan sobre las bondades de la sobriedad,así como al analizar la de libros y podcast sobre esta temática que salen cada año, queda claro que el mercado está muy atento a la guerra contra el alcohol. Desde Katy Perry hasta Bella Hadid, son muchas las celebridades que están lanzando sus bebidas bajas en alcohol o carente de él, y están empleado el impacto de su voz para mandar al mundo mensajes en los que se alaban las bondades de no beber. “Mi ansiedad social fue aumentando hasta el punto de que se me fue haciendo cada vez más difícil salir de casa sin beber para calmar los nervios, algo que hizo que no quisiera salir y que me pusiera a hibernar entre trabajo y trabajo. Teniendo en cuenta que mi estilo de vida me fuerza a empujar un régimen social determinado, unido a la idea de que trabajo 13 horas al día, supe pronto que este no estilo de vida válido para mí”, explicó la modelo. Son muchas las celebridades que no beben. Desde Kim Kardashian, que como explicó su hermana Khloé odia el sabor del alcohol, hasta JLo, que siempre que puede nos recuerda que es abstemia, beber no está de moda ya ni en el circuito social ni en el hollywoodiense.Ante la cantidad de deliciosos mocktails que puedes preparar y de bebidas sin o light que existen… ¿Te animas a una vida 0,0 o al menos, ‘sober curious’?