Carl Zimmer: «Es impresionante la cantidad de seres humanos que son dos personas a la vez»

Carl Zimmer (New Haven, 1966) no le había prestado mucha atención a la genética hasta que su mujer se quedó embarazada de su primera hija. Aún en la treintena, los Zimmer acudieron a la consulta de una genetista por indicación de la ginecóloga y el que ya era divulgador en «The New York Times» tuvo un baño de realidad que aún no ha olvidado. De aquel episodio hace más de 18 años nació un interés que ha cristalizado en «Tiene la sonrisa de su madre» (Capitán Swing», un libro en el que el periodista trata de que cunda la idea de que la herencia es mucho más que los genes.

-Usted dice que no somos nuestros genes. ¿Eso qué quiere decir?

-Nuestro destino no está en nuestros genes. Es verdad que tienen instrucciones para producir moléculas, pero somos mucho más que eso. Incluso cuando pensamos en la herencia de nuestros antepasados no podemos decir que haya un gen que hemos recibido de nuestra madre y que por eso nos gusta la ópera, por ejemplo. Últimamente pensamos mucho en nuestra herencia genética porque ahora es posible analizar nuestro ADN de una forma. Es una gran oportunidad, pero también corremos el peligro de equivocarnos a lo grande.

-¿Se refiere al riesgo de creer que estamos predeterminados?

-Va más allá. Hay una creencia muy extendida de que un solo gen puede tener un efecto profundo en nuestra personalidad o la apariencia física. No es así. Es verdad que existen algunos genes, muy pocos, que son realmente dañinos, pero si quieres saber por qué eres alto o bajo resulta que hay miles de genes implicados. Y cada uno tiene una participación mínima. Esto no significa que no influyen en tu estatura; está claro que los padres altos tienden a tener hijos también altos. Lo que pasa es que es mucho más complicado. La ciencia de la genética va mucho más allá de lo que algunos recuerdan del colegio de Mendel y su jardín.

-Precisamente la altura parece muy evidente.

-Es un rasgo muy hereditario. Se puede afirmar que más de la mitad de las variaciones que se observan entre la gente a ese respecto se debe a los genes. Pero esto no significa que determinen por anticipado cómo seremos de altos. Si tu madre, por ejemplo, no se alimentó bien en el embarazo o tuviste muchas enfermedades de pequeño tu cuerpo puede reprogramarse y que acabar siendo bajo. Por otro lado, en Europa las nuevas generaciones son más altas que hace 100 años y no es que su genética haya cambiado, sino que su dieta y la Medicina son mejores.

-¿Cuál ha sido el último gran descubrimiento en este campo?

-Una de las cosas más alucinantes es que ahora es posible extraer ADN de fósiles. El Premio Nobel deMedicina del año pasado fue para el primer científico que lo logró de un neandertal, el sueco Svante Pääbo. Se han analizado cientos y cientos y cientos de genomas humanos de hace hasta 50.000 años. Así podemos compararnos con los que habitaron el planeta antes que nosotros.

-Es alucinante.

-Es un avance que acarrea muchísimas sorpresas. Por ejemplo, existen algunos vínculos genéticos entre gente que vive en España hoy y los que lo hicieron hace 40.000 años. Y el aspecto era muy diferente. Al parecer, tenían la piel oscura y los ojos azules, probablemente porque los ancestros llegaron a Europa de otros lugares. Hace 5.000 años vinieron de lo que ahora es Rusia grupos a caballo que se expandieron por todo el continente. Su ADN está presente en los descendientes de europeos y su presencia cambió el aspecto, la salud y otras muchas cosas. Vamos a aprender mucho, no solo de historia sino de medicina. Lo que hay en esos fósiles tiene información sobre el riesgo que tenemos de padecer ciertas enfermedades y trastornos mentales. Podemos seguir el rastro de esas mutaciones para entender muchas cosas que nos pasan.

-¿Cree que los test genéticos actuales son efectivos para prevenir enfermedades?

-Es posible que en el futuro sean parte de cualquier reconocimiento médico. Aún queda mucho por descubrir sobre la relación entre las enfermedades y los genes. Puede ser útil para saber si uno ha heredado una mutaciónque a sus antepasados les generó una dolencia importante, como un infarto a una edad temprana. Sin embargo, estos casos tan claros no son nada comunes. La mayoría de los que hacen el test no van a aprender más de su salud de lo que harían si hablaran con sus parientes.

-¿Qué le reveló el suyo?

-Aprendí algunas cosas interesantes de mis ancestros, no de mi salud. Puede que sea una experiencia interesante, pero recomiendo que traten de averiguar algo de cómo ha cambiado en esta ciencia antes. Cuidado con las expectativas, sé que hay gente que cree que el test les va a decir de qué va a morir. Nada de eso.

-Ahora se habla de la epigenética como la panacea para explicarlo todo.

-La epigenética se refiere en realidad a las moléculas quecomprimen los genes y ayudan a convertirlos en proteínas.Algunas de esas moléculas son parte del legado genético de nuestros padres, así que, si cambian durante la vida de los progenitores, la herencia cambia también. Esto abre la posibilidad de que la experiencia personal pueda ser también heredada. Es una idea intrigante, claro, pero creo que en muchas aseveraciones se ha ido bastante más lejos de lo que la evidencia científica nos muestra de momento. En realidad, solo se ha probado en las plantas y en algunos pequeños gusanos. Entiendo que haya gente que vea en su familia cómo el trauma ha dejado una secuela en las siguientes generaciones, aunque no tiene por qué ser epigenética. La propia experiencia traumática compartida basta.

-Aún quedan muchos interrogantes sobre por qué somos como somos.

-Sin duda. Hay muchos misterios. Entiendo que se busquen respuestas en lo hereditario, pero es que la generación anterior también nos pasa su cultura, el medioambiente. Nacemos literalmente en el mundo que hicieron nuestros antepasados. Ese es uno de los mensajes del libro, que la herencia es mucho más que el ADN.

-¿Qué descubrió durante la investigación para el libro que lo dejó impactado?

-En cada capítulo hubo algo, aunque si tuviera que destacar una sola cosa quizá sería el fenómeno de quehay un número sorprendentemente alto de gente que, en realidad, son dos personas a la vez. Es lo que se llaman quimeras y se producen cuando dos óvulos fecundados con genomas separados se fusionan. Las células de su cuerpo descienden de esos dos orígenes y están totalmente sanos. Pueden tener problemas más tarde, cuando un test les diga que su madre no es su madre porque los genes no coinciden. Y es simplemente porque el hijo es una combinación de dos genomas diferentes y en el test revisaron el genoma incorrecto. También ocurre al revés. Se dan casos de mujeres a las que cuando se les hace la autopsia en su cerebro aparecen neuronas con cromosomas Y que vendrían de los varones de los que estuvieron embarazadas. Es fascinante.

-La genética también ha sido un instrumento político y de dominación en el pasado.

-Durante siglos la herencia se ha empleado para justificar las injusticias. La propia idea de que existen razas superiores e inferiores es un buen ejemplo de ello. Aquí en EE UU sirvió para una elaborada teoría que justificara siglos de esclavitud. En el siglo XIX también se propagó la idea de que la criminalidad se heredaba, un concepto simplista para argüir que la pobreza no se debía a lainjusticia social sino a la pura biología y no había nada que hacer. Todo esto fue antes de que descubriéramos el ADN.

-Lo increíble es que después de ese hallazgo se mantengan ciertas teorías, ¿no?

-Totalmente. Algunos han tratado de traducir aquellasviejas y falsas ideas en el lenguaje genético para justificarlas como “nueva ciencia”. Nada más lejos de la realidad. Esa ideología también pasa de generación en generación.

-Sobre el riesgo de la endogamia usted habla de que hubo un momento en España en el que la mortalidadera mucho más alta entre la Monarquía de los Habsburgo que entre los campesinos.

-Correcto. La dinastía de los Habsburgo fue un buen ejemplo de ello. La que durante un periodo de la Historiafue la familia más poderosa del mundo cayó precisamente por la endogamia, por ese intento de mantener lo que ellos creían que era la sangre real. Familiares se casaban con familiares para conservar el poder disparando el riesgo de patologías genéticas. Eso sigue pasando. En EEUU los amish solo se casan entre ellos por sus creencias religiosas y hoy sus descendientes tienen dolencias que son muy infrecuentes en el resto del país.