«Estoy atenta a los problemas y demandas sociales»: ¿podrá Boluarte calmar a Perú?

Pedro Castillo anunció la disolución del Congreso y el establecimiento de un «Gobierno de excepción» el 7 de diciembre. Sin embargo, el mismo día el Congreso votó a favor de destituir a Castillo por incapacidad moral permanente y nombró, por sucesión constitucional, a la vicepresidenta Dina Boluarte como la nueva jefa de Estado.

Camilo Godoy, analista político y máster en Estudios Internacionales de la Universidad de Santiago, explicó a Sputnik que la destitución de Castillo se da en medio de uno de los órdenes institucionales más frágiles de América Latina.

«La Constitución de Fujimori de 1993, ilegítima en su origen y surgida de un orden semidictatorial, deja este espacio polarizado, en que el presidente puede disolver el Parlamento y este último promover a su vez la vacancia del jefe de Estado», dijo el analista.

«El Congreso ya venía con dos intentos anteriores de vacancia, pero con el cierre de este por parte del presidente, se logran los votos para finalmente destituir a Castillo», agregó.

Godoy señaló que tanto la desaprobación de Castillo como la del Congreso son muy altas. «Eso genera un frágil sistema institucional, que no es capaz de procesar las demandas de la población y deriva pendularmente en esta lógica del ‘que se vayan todos’. Ese discurso, en su versión despolitizada, es una de las fuentes del fujimorismo», agregó.

¿Cómo afecta lo sucedido en Perú a Chile?

 

Ni el presidente Gabriel Boric ni la ministra de Relaciones Exteriores, Antonia Urrejola, se han referido de manera particular a lo que acontece en Perú.

No obstante, la Cancillería chilena condenó en redes sociales «la ruptura del orden constitucional en Perú» y reconoció a Dina Boluarte como jefa de Estado del país vecino. «Esperamos que la asunción de Dina Boluarte como nueva presidenta de la República del Perú contribuya a superar este difícil momento», agregó la Cancillería.

La crisis política en Perú «afecta tremendamente no solo a Chile, sino a la región», dijo a Sputnik Patricio Urriola, cientista político de la Universidad Alberto Hurtado.

«Es una situación compleja para América Latina, porque lo que se pone en juego son las democracias y cómo se hace frente a una destitución presidencial en medio de una crisis institucional de los poderes del Estado», agregó.

Asimismo, el Frente Amplio, colectividad de Gobierno en Chile y que llevó a Gabriel Boric como candidato a la Presidencia, ha estado en la mira por parte de los partidos políticos de oposición por su apoyo al presidente peruano previo a su destitución.

«El Frente Amplio está más o menos dividido, hay algunos que apoyan la postura Castillo y otros que entienden que esto fue un intento de golpe de Estado y, por lo tanto, hay que ser muy claro y preciso de señalar de que esto no es un golpe blando», dijo Urriola.

Para Godoy el Frente Amplio se reunía con Castillo por cuestiones más formales que de contenido, ya que «las dos coaliciones son casi imposibles de comparar».

«Hay una cierta afinidad con la izquierda regional, pero sin una agenda clara o que supere el actual modelo de dependencia y subordinación económica para América Latina y ese es un problema compartido por todos los países de la actual llamada izquierda regional», agregó.

 - Sputnik Mundo, 1920, 08.12.2022

8 de diciembre, 15:59 GMT

La falta de una agenda conjunta

 

América del Sur ha girado a la izquierda en los últimos tiempos, siendo Lula con su victoria en Brasil el último en sumarse a una cadena de movimientos políticos telúricos que, desde Chile hasta el Caribe, sacudieron la región, como el triunfo de Pedro Castillo en Perú en 2021, el Gabriel Boric en marzo de 2022 en Chile y el histórico triunfo de Gustavo Petro en Colombia a mediados de 2022.

Para Urriola, Castillo «no era un líder fuerte en la región ni un referente para la izquierda progresista. Entonces no creo que exista un problema tan de fondo. Hay que esperar a que Lula asuma en Brasil para ver cómo se reconfiguran los Gobiernos de izquierda en la región».

Finalmente, para Godoy, a pesar de que hay varios Gobiernos de izquierda o progresistas, estos se encuentran muy «fragmentados y con gestos testimoniales. Ahora [el presidente mexicano Andrés] Lopez Obrador ofrece asilo, tal como lo hizo con Evo Morales en su momento, pero la falta de una agenda conjunta es evidente. En tiempos de Unasur, habríamos visto posturas más mancomunadas«.