Los casos de gonorrea y sífilis baten récords por sexto año consecutivo en Estados Unidos

A pesar de las cuarentenas y los confinamientos (o quizá debido precisamente a ellos) el primer pandemia no ha evitado que los estadounidenses transmitan enfermedades de transmisión sexual (ETS) con más entusiasmo que nunca.

Esta semana, los Centros de Control de Enfermedades han publicado sus últimos datos sobre ETS. Las cifras muestran que en 2020 se registraron 2,4 millones de casos de enfermedades de transmisión sexual, con récords absolutos para la gonorrea y la sífilis y un preocupante aumento de los casos de sífilis congénita en bebés, que puede ser mortal. La clamidia, eso sí, ha descendido.

El programa de seguimiento de ETS del CDC se centra en la sífilis, la gonorrea y la clamidia basándose en los casos que son reportados por médicos tras atender a un paciente con la enfermedad. Otras enfermedades más graves como el SIDA, la hepatitis B o la C, que también se transmiten por vía sexual, se miden en estudios separados. La publicación de los datos se debe precisamente a la semana contra las enfermedades de transmisión sexual, que se celebra por tercer año consecutivo.

Los 2,4 millones de casos de 2020 pueden parecer una mejora respecto a los 2,5 millones de 2019, pero es que es el sexto año consecutivo en el que el país pulveriza récords de contagio. Los casos de Clamidia, como adelantábamos arriba, han bajado de 1,8 a 1,6 millones (y son la causa principal del descenso en la cifra general de casos). Sin embargo, los casos de gonorrea han subido de 616.392 a 766.769, y los de Sífilis pasan de 129.813 en 2019 a 133.945 en 2020. Ambas cifras son las más altas de la historia de Estados Unidos desde que se realiza un seguimiento de esas enfermedades.

El CDC añade que las visitas al médico para prevenir ETS han declinado desde el inicio de la pandemia hasta comienzos de 2020, lo que también podría explicar un falso descenso en los casos de clamidia. Aparte de que puedan tratarse con antibióticos, estas enfermedades pueden pasar mucho tiempo antes de mostrar síntomas, lo que favorece su propagación.

La clamidia y la gonorrea pueden dañar irreversiblemente el sistema reproductivo y provocar infertilidad. La sífilis, por su parte, puede pasar años latente hasta que emerge, provocando severos daños en múltiples órganos y demencia. Las infecciones de esta última son especialmente graves y potencialmente mortales en bebés cuando se contagian por vía materna.

La incidencia de la sífilis congénita ha experimentado un aumento con 2.100 casos en 2020. Durante el embarazo, una madre puede transmitir la sífilis a su hijo gestante, y es mortal. 149 bebés murieron de forma prematura en 2020 en Estados Unidos debido a esta enfermedad. Cerca de la mitad podían haberse evitado con una prevención adecuada, y lo peor es que los casos de sífilis pintan a subir aún más en 2021.

La gonorrea es un desastre esperando ocurrir porque es una de las infecciones que más variantes resistentes a los antibióticos está registrando. La mitad de los casos registrados en 2020 eran resistentes a al menos un antibiótico. A finales de 2020, el CDC tuvo que cambiar las directrices de tratamiento de la enfermedad por esa razón.

No cabe duda de que la pandemia ha empeorado los esfuerzos por atajar las enfermedades de transmisión sexual, pero la guerra contra ellas ya iba mal en Estados Unidos antes del Covid-19. El CDC ya advierte que reducir el número de casos va a requerir mucho más esfuerzo del que parece.

“Lo que la Covid-19 ha hecho es arrojar luz sobre un problema preexistente con las ETS”, explica Leandro Mena, director de prevención de ETS en el CDC. “Problemas como la pobreza o la falta de un seguro médico accesible crea barreras contra la prevención y aumenta los riesgos de contagio. Si queremos hacer progresos contra las enfermedades de transmisión sexual en este país necesitamos entender y atajar los mecanismos que crean desigualdad. No podemos dejar a nadie atrás.”