Por qué el 11 de abril de 1954 es conocido como el “día más aburrido de la historia”

Días aburridos, o aquellos donde parece que no hay nada reseñable que recordar en nuestra vida, seguramente hay muchos, pero si cambiáramos la ecuación al planeta entero, ¿qué día sería el considerado estadísticamente como el más aburrido? Un científico trató de averiguarlo, y encontró un día de hace muchas décadas.

La idea del proyecto partió del científico informático William Tunstall-Pedoe en el año 2010. El investigador se puso a recopilar datos y a estudiar de qué forma podría encontrar el día más aburrido de la historia, entendiéndose este como aquel en el que no pasa gran cosa. Tunstall-Pedoe encontró una fecha: el 11 de abril de 1954.

Para ello, utilizó un programa que iba a rastrear su ahora desaparecido sitio web de indexación de hechos, el popular True Knowledge. La web, que enumeraba más de 300 millones de datos en el momento de su análisis, ahora es una empresa llamada Evi que, curiosamente (o quizás no tanto), es propiedad de Amazon y “una parte integral de Amazon Alexa”.

Tal y como explicó en su momento el científico en el sitio web:

Se nos ocurrió que con más de 300 millones de hechos, un gran porcentaje de los cuales relacionan eventos, personas y lugares con puntos en el tiempo, podríamos calcular de manera única una respuesta objetiva a la pregunta ‘¿Cuál fue el día más aburrido de la historia?’ Por diversión, escribimos un guión para escanear todos los días (desde principios del siglo XX) y ponerlo en marcha.

El investigador recalcaba entonces que cuando decían aburrido se referían a un día muy especial que podría considerarse como aquel “más tranquilo”, uno donde no pasó casi nada relevante para la historia global.

Y aunque se dieron diferentes candidatos, la fecha final escogida fue ese 11 de abril de 1954. Sí, ese domingo no pasó nada reseñable; no hubo guerras de ningún tipo, Bélgica tuvo una elección que nadie ni siquiera podía recordar. Nació el erudito turco Abdullah Abadar. Y Jack Shufflebotham, un jugador de fútbol retirado, murió.

Y hasta ahí. Eso fue todo aquel domingo de 1954. “Muchas personas famosas nacen, mueren personas importantes, suceden eventos”, dijo Tunstall-Pedoe. “Este día en particular fue extremadamente notable porque casi no sucedió nada”.

Con todo, y como él mismo señalaba más adelante, “la ironía es que, habiendo hecho el cálculo, el día ahora es interesante por ser excepcionalmente aburrido”, escribió. “Tal vez necesitamos calcular el segundo día más aburrido…”, zanjó.