López Obrador sobre el caso Ayotzinapa: “Procesar a Peña Nieto va a estar difícil”

Continúa la discusión alrededor del caso Ayotzinapa, después de días de muchas novedades, con la detención del exfiscal, Jesús Murillo Karam, dominando la escena. El viernes, la Fiscalía General de la República (FGR) anunció la captura de Murillo, encargado de las investigaciones del caso en la primera etapa. La dependencia le acusa de desaparición forzada, tortura y obstrucción a la justicia. Este lunes, el presidente, Andrés Manuel López Obrador, se ha referido al asunto. “Él mismo se inculpa, de acuerdo al informe y la investigación de la Fiscalía”.

Es la primera vez estos días que el mandatario se refiere al asunto. En su conferencia de prensa matutina, reporteros le han preguntado también por el presidente Enrique Peña Nieto (2012-2018), superior jerárquico de Murillo. Entonces, la Fiscalía dependía del poder ejecutivo. “El juez lo va a decidir. Es difícil que pase, pero no podemos adelantar ningún juicio. Eso debe resolverlo el juez”, ha dicho. Preguntado igualmente por Salvador Cienfuegos, secretario de la Defensa Nacional durante el sexenio de Peña Nieto, López Obrador ha descartado que sea uno de los objetivos principales de la investigación.

López Obrador ha basado sus declaraciones en el informe que la comisión presidencial que ha seguido el caso estos años publicó el jueves pasado. En la presentación del documento, el subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, calificó el ataque contra los estudiantes normalistas, ocurrido ya hace casi ocho años, de crimen de Estado. Según el informe, un contubernio de criminales y policías municipales de los municipios de Iguala, Cocula, Huitzuco y Tepecoacuilco, en Guerrero, atacaron a los estudiantes y desaparecieron a 43. Todo, ante los ojos militares y otras autoridades, que no hicieron nada por impedir el ataque. Más tarde, los criminales mataron a los muchachos y repartieron sus restos en diferentes lugares de la región.

El informe ponía punto y final a la “verdad histórica”, apelativo que el mismo Murillo Karam dio a la investigación que realizó la Fiscalía en años de Peña Nieto, hoy señalada de burdo montaje. Según aquella versión, los criminales mataron y quemaron a los 43 en un basurero y luego arrojaron sus restos a un río cercano. La comisión y la actual administración de la Fiscalía señalan que sus predecesores torturaron a detenidos y manipularon pruebas para construir ese relato. De ahí la acusación contra Murillo, máximo responsable de las investigaciones en la época.

López Obrador ha insistido en la autoinculpación del exfiscal. Incluso ha pedido que se reprodujera un vídeo en que el actual titular de la FGR, Alejandro Gertz, señala la incriminación de Murillo. En el vídeo, grabado en la presentación de uno de los informes del caso Ayotzinapa, Gertz dice: “El Ejecutivo federal en ese momento intento soslayar la responsabilidad estado mexicano ante u crimen desmesurado. Y trató de adjudicar la culpabilidad total a alas autoridades del Estado de Guerrero y a las autoridades municipales. Pero la dinámica de o que había ocurrido, que era imposible ocultar, se salió de su control. Fue en ese momento cuando el procurador general de la república, Jesús Murillo, se presentó ante los medios y señaló: ‘Estamos preparando una investigación. Se trasladará el jefe de la agencia de seguridad y su servidor, que seremos los responsables directos de esta investigación. Ante esta afirmación, ahora hemos podido demostrar, con pruebas ya judicializadas, que el propósito evidente de quienes habían asumido tal compromiso, era engañar a la población, para encubrir lo ocurrido y eludir la responsabilidad desde autoridades federales y locales coludidas, adjudicando la brutalidad sucedida solo a policías locales de Iguala, Cocula y Huitzuco, quienes entregaron a los estudiantes masacrados a uno de los carteles que se disputaba el control de las drogas”.

El vídeo de Gertz sigue: “Para lograr lo anterior, los que se hicieron responsables de esa investigación, cometieron un número incalculable de abusos, torturas u presiones, para obtener las confesiones de dichos policías, adjudicándoles toda la responsabilidad que sus superiores estaban tratando eludir, para después inventar la supuesta verdad histórica”.