Pablo Milanés: Cantar es «ser un poco»

Treinta años de trovador le dan a Pablo Milanés una sabiduría indiscutible, incluyendo su sencillez. Allí está en sus canciones, en las crónicas inolvidables de su tiempo, de Cuba, de Latinoamérica y del amor. A este compositor y cantante de la Nueva Trova, en la oportunidad de la entrevista rápida, antes de que se le vuelva a ver en un año, se le pregunta: ¿qué es cantar?

Y en medio de la gente que lo acosa, contesta casi confidencialmente: «Ser un poco, pero no totalmente».

–¿Por qué?

–Porque el canto no lo es todo, pero es gran parte de la vida de uno.

Pablo Milanés estuvo recientemente en México para promover su nuevo disco “Buenos días América”, que es una canción que anuncia “un periodo de lucidez y consuelo en los pueblos latinoamericanos, que hoy están más unidos que nunca, a causa de las dificultades sociales y económicas que viven”.

Nunca ha faltado su canto de solidaridad y de aliento fogoso para “los compañeros revolucionarios de distintas partes de América”.

Ahora, en un intento por acercarse a la parte más personal de Pablo Milanés, se le inquiere en especial por aquellas canciones románticas que también exaltan el ánimo de la gente que, a una sola voz, en un coro inmenso en la Plaza de Toros México, interpretó íntegra “El breve espacio en que no estás”:

La prefiero compartida,

antes que vaciar mi vida,

no es perfecta, mas se acerca

a lo que yo simplemente soné.

Igualmente cantó al unísono “Para vivir”, “Yo no te pido”, “Yolanda” y “Años”, “que son de las pocas canciones que más rápidamente se impusieron en el público, porque inmediatamente las hicieron suyas”.

–¿Cómo nació “El breve espacio…”?

La conferencia de prensa había terminado, y Pablo Milanés concedió unos minutos a Proceso:

“Pertenece a una serie de canciones románticas que reflejan momentos de la vida de los seres humanos que se aman y que tampoco están presentes en la canción popular, y no sé por qué, son temas para abordar y cantar, y no solamente en forma dramática, sino amorosa. Parece que en la canción popular hay un criterio facilista, superficial, que impide abordar esos temas, porque aparentemente no son comerciales y no se venden, porque expresan con crudeza la realidad de la pareja que no quiere escuchar, y yo creo que no es cierto, pues a la pareja le gusta reconocerse en esas canciones.

“Unas son autobiográficas, pero la mayoría no. Y, sin embargo, contienen una realidad. Responde a hechos verdaderos, concretos, que vive la pareja, y en eso radica el eco que tienen en el público. En ‘El breve espacio…’ se invierte la relación usual de la pareja, y ahora es la mujer quien está en ventaja, en lugar del hombre. Es más fuerte y tiene más de una relación, es decir, la protagonista de la canción hace lo mismo que un hombre. A la protagonista le doy el derecho de tener uno o dos hombres, a amar como siente, como quiera, libremente, sin ataduras, como realmente lo hace el hombre en América Latina, sin que nadie lo juzgue, prejuzgue o condene. Es un homenaje a la mujer. No es un tema autobiográfico, sino que está basado en otras personas. Creo que es bastante común”.

–¿Cómo nació “Años”?

–No sólo se refiere al cansancio que produce una relación vieja, sino a las relaciones falsas que se establecen en los matrimonios, bajo supuestos económicos o condicionantes materiales, que no tienen que ver con el amor. Son relaciones acomodaticias, en donde existe el dominio económico del hombre sobre la mujer, frecuente en nuestro continente. Hay matrimonios viejos que son realmente hermosos, pero en la canción yo me refiero a la vejez prematura de una relación joven que hace concesiones. En la versión que hice con Mercedes Sosa hay una nostalgia y una melancolía inmensas en la orquestación, que recuerda a Bach.

–¿Cómo surgió “Para vivir”?

–Es una variante de esa misma problemática. Surgió hace muchos años, imaginándome esa relación, haciéndome eco de lo que pasaba a los demás. Ser compositor es asumir un poco la tarea del cronista de las cosas que van pasando, incluyendo a los amantes, pero con otra óptica.

–¿En Cuba se ama igual antes y después de la Revolución? Su compatriota, el compositor y cantante José Antonio Méndez, dice que es igual.

–Yo creo que sí. Claro, José Antonio tiene muchas más vivencias que yo. Soy menor que él, por unos cuantos años. Yo creo que la condición de que el hombre pueda amar en todo momento, nadie se la va a quitar, ni una dictadura ni un régimen falso ni determinadas represiones sobre un país. Esa condición no muere por nada. Pienso que se puede amar en todas las épocas. En Cuba hay una diferencia notable en el amor. Ahora el amor es más universal. No es que nosotros no amáramos antes, sino que no nos amaban los gobernantes. No amaban a la población, que siempre se ha manifestado muy amorosa en todos los aspectos de la vida. La falta de amor de los gobernantes generó una serie de condicionantes económicas y sociales que propiciaron relaciones falsas entre las parejas, por la dependencia económica. Con la Revolución cambió mucho esa relación al establecerse la igualdad.

Inesperadamente, en la entrevista interviene una jovencita que haciendo a un lado su timidez expresa: “De ahí lo revolucionario de ‘El breve espacio en que no estás’».

“Claro”, asienta Milanés mirándola, concentrado, satisfecho.

–Pablo, después de 30 años de vida artística, ¿qué es cantar?

–Ser un poco, pero no totalmente