Banqueros contra ahorradores

Regino Díaz Redondo| Madrid

Las esperanzas de una rehabilitación europea se esfuman

Una crisis de cinco años, la reducción del nivel de vida en un 50%, éxodo en las mentes más brillantes y la ejecución de un neoliberalismo tradicional y ultraconservador no han sido suficientes para que el gobierno cambie de ruta y aplique medidas que fortalezcan esta nación pauperada e insultada.

El Daly Telegraph, diario de las huestes que dominan el mundo, pide a los inversionistas, ahorradores y banqueros que retiren su dinero del país porque el peligro de la catástrofe es inminente.

Para deleite de Ángela Merkel y David Cameron, este diario y otros más de Holanda, Suecia, Dinamarca, Austria y Polonia han instrumentado una serie de ataques contra España para quitarse de encima a quienes consideran un estorbo e integrar la Unión Europea (UE) con un máximo de 12 o 13 territorios.

Antes apuran sus presiones para que les liquiden las deudas que contrajeron los que hoy están a punto de quebrar.

En estos momentos, los expertos financieros de las multinacionales elaboran un programa contra los paraísos fiscales sin otro fin que ser ellos mismos y sus bancos los depositarios del dinero mal habido de personajes europeos.

Han pasado 60 meses de engaños, prevaricación, tráfico de influencias y malos manejos de las instituciones bancarias, y ¿dónde están los responsables de estas fechorías?

Aquí, sólo un banquero ha ido a la cárcel y a las 48 horas depositó una fianza de 2.5 millones de euros para quedar libre.

Todos los demás filibusteros están libres, se burlan de jueces y de los ciudadanos, siguen disfrutando de todos los beneficios que obtuvieron y se irán protegidos por el sistema, siempre y cuando tengan millones de euros para pagar las fianzas que se les exigen.

Por herir con arma blanca a su compañero de trabajo, un obrero purga 30 años tras las rejas, mientras que quienes roban impunemente millones pasan una sola noche en la jefatura de Policía.

Los trabajadores amanecieron en días pasados con una insólita noticia: Miguel Blesa, expresidente de Caja Madrid, fue detenido. Pero el gozo se les fue de inmediato: el banquero abandonó el recinto policial en unas horas. Tenía suficiente efectivo y respaldo de políticos y empresarios para eludir la justicia.

Pierden los accionistas, no los propietarios

Otro banco que goza de un gran prestigio —y que lo tuvo y tiene a veces— compró un banco en Noruega y sus accionistas perdieron el dinero invertido y no los propietarios de la institución bancaria.

La decisión de “combatir el fraude fiscal en Europa” obedece a que la Unión Europa y el G-20 perdieron un billón de euros al año que nadie sabe a dónde fueron a parar.

Nuestro país está, de hecho, intervenido. Continuamente la troika nos envía inspectores de la UE que proporcionan información sobre cualquier asunto financiero que se les encargue. Los miembros del Banco Central Europeo y del FMI tienen ya, permanentemente, fiscalistas que operan, sin cortapisas, en la economía nacional. Proporcionan todo tipo de datos, inclusive los más confidenciales que lesionan la soberanía nacional —¿la tenemos?—. Y no hay oficina pública importante donde no hayan o estén metiendo sus narices con la resignación de nuestro gobierno.

Acaban de comunicar a Mariano Rajoy que tendrá que hacer más recortes si quiere salir adelante y que la bancarrota de la nación, que es irremediable, se aplace.

El desánimo aumenta y el ministro José Ignacio Wert continúa haciendo concesiones a la cúpula de la Iglesia católica sin el menor asomo de pudor.

No hay rehabilitación a la vista

Las esperanzas de una rehabilitación europea se esfuman. Los acuerdos entre las economías fuertes se hacen sin pasar por el Parlamento Europeo. Las cumbres sólo sirven como escaparate a los políticos que llegan bien entrenados a sus reuniones para apoyar incondicionalmente las recomendaciones que les hacen los organismos financieros que consultan.

Es una burla decir que España “empieza a recuperarse” para luego agregar que esto no ocurrirá antes del 2020. Es decir, si sobrevivimos, sufriremos otros siete años más de vacas flacas.

Pero como van las cosas, la UE no sobrevivirá todo ese tiempo. Hay naciones que ya elaboran en lo privado y en secreto, muy en secreto, la moneda que utilizarán después de salir del euro.

Los grandes se alegran de esta decisión visionaria de las naciones que están abocadas a abandonar la moneda única y reestructurar su economía dentro de un sistema distinto al que ahora pertenecen y que en nada les beneficia.

Inglaterra y Alemania fingen peleas artificiales entre ellos para luego sacar la mejor tajada como lo vienen haciendo desde tiempo atrás. Cameron carece de un mínimo de sensibilidad política y desconoce el significado de la palabra humanismo. Tampoco es que sea un defensor de los intereses de la clase trabajadora británica a la que desprecia. Él se limita a hacer cochupos con bancos y financieras estadunidenses y europeas para engordar sus bolsillos.

Este personaje hoy dice que se saldrá de la UE y mañana que la organización es estupenda pero que tiene “algunos defectos que hay que combatir”.

Para preservarse en el poder, el primer ministro del Reino Unido lanza bombitas contra el euro —“al que nunca entraremos”— y lo seguirá haciendo en tanto muchos gobiernos europeos continúen siendo peleles de la brutal economía de mercado.

Empobrecimiento social

Desde Bretton Woods a la fecha funcionó un neoliberalismo cínico que es el causante del empobrecimiento social.

Es por elloque se debe revisar el proyecto, ya anacrónico, y elaborar un programa que se base en mayor igualdad social y un mejor respeto al derecho de los ciudadanos del mundo.

Por inercia llegará la desaparición de las monarquías. Las parlamentarias ya no funcionan. Los hechos ocurridos en diversos tiempos de este siglo lo demuestran claramente. La democracia no está limpia, no manda sino que es mandada, no piensa porque las ideas vienen de otra parte, no protege porque cada vez hay más ciudadanos al borde de la hambruna, no respeta porque no sabe lo que es eso y no permite mayor bienestar porque éste es sólo de ellos y el centro del poder se convierte en la cueva de Alí Babá.

Y lo que ocurre en España son hechos casi inenarrables. Hay quienes no se lo creen y acusan de tremendistas a los que lo señalan.

Se habla de las dictaduras latinoamericanas y nadie abre la boca para sancionar y repudiar a las africanas. ¿Es Marruecos una democracia? Es más, ¿lo son Siria y algunos países árabes?

¿No sería más fácil acompañar a los monarcas, meterlos en un barco y despedirlos para que vivan a gusto en otras latitudes sin preocupaciones de Estado?

¡Pero no, si tienes petróleo y te sometes a mis decisiones eres un país libre y democrático. De no hacerlo, aprovechas tu condición de productor para cometer desmanes!

Aún se puede terminar con las desigualdades mastodónticas que imperan en el mundo, pero somos masoquistas.