China será el país número uno del mundo en 2019

Sí, China será el país número uno del mundo en 2019 o 2020. Recordemos que, de acuerdo a las cifras de Maddison, China siempre fue el principal país del mundo, salvo en los últimos 200 años, período en que se quedó afuera de la revolución industrial.

En el año 0 después de Cristo, China representaba casi el 30% de la economía mundial de aquella época. Pasó de producir el 33% del PIB mundial hacia 1820, a tan solo el 5% hacia el fin de los años cincuenta.

Esta decadencia, en la que influyó bastante el sistema económico que se quería imponer sin éxito, fue analizada y se tomó un nuevo camino. Al reaccionar, se dio cuenta que tenía que usar el capital, la tecnología y el management occidental, y esa fue la política que aplicó y le está dando un resultado extraordinario. Hoy China es un país cuya actividad crece vertiginosamente.

Buena parte de las industrias de EE.UU. y de Europa fueron trasladadas a China y otros países emergentes, porque sus costos industriales son menores

Para medir el tamaño de un país lo que nos interesa es el producto bruto interno (PIB) en moneda contante y sonante, dólares corrientes, cifras que estén disponibles. Y para proyectarlo tenemos que adoptar una lógica fría, por lo que hemos considerado que China va a crecer al 8% anual, mientras que Estados Unidos lo hará al 2,5% anual y Japón al 1,1% por año.

Las tasas de inflación y de apreciación cambiaria son las que han registrado en los últimos 10 años. En 2010 China superó a Japón en cuanto a PIB. Hay que recordar que este país no pudo superar bien la crisis de 1998 del Sudeste Asiático y permaneció prácticamente estancado por más de una década.

Por su parte EE.UU., el país que conserva el mayor PIB del mundo, está digiriendo desde 2007 el exceso de endeudamiento y de gasto en el sector público, por lo que su crecimiento se ha vuelto muy anémico y las políticas que aplica se parecen cada vez más a las de los países latinoamericanos, pero de hace 20 años. Se estima que completará esta etapa de tasas cero en 2015. Su calificación ya no es más AAA, lo que refleja la pérdida de credibilidad y de liderazgo mundial.

Buena parte de las industrias de EE.UU. y de Europa fueron trasladadas a China y otros países emergentes, porque sus costos industriales son menores. Estados Unidos y en mayor medida Europa son dos regiones que tienen un modelo productivo de Economía del Bienestar, donde gastan mucho en el Estado: cerca del 50% del PIB en Europa y del 30% en EE.UU. si se suman las administraciones estatales y locales. El gran dinamismo del sector productivo no se reinvierte sino que se traslada a la burocracia, que lo esteriliza en gasto corriente y subsidios, con lo cual la base dinámica de crecimiento cada vez tiene menos recursos y no puede competir con países como China, que tienen una burocracia menor.

Si en China, un edificio de 45 pisos se tiene que terminar en 8 meses y quienes lo dirigen no cumplen, tienen que pagar multas de hasta el 30% de su salario mensual, como forma de incentivo para no atrasarse. Los obreros también pierden sus premios, que son por lo común de cinco sueldos, de aproximadamente 900 dólares por mes en los ocho meses que dura la construcción. Este tipo de eficiencia no puede obtenerse en el mundo occidental. Por lo tanto, la proyección del PIB corriente, que ya atravesó a Japón, va a atravesar a EE.UU. en siete años más.

¿Qué puede pasar en 2020? ¿Puede haber un cambio en el liderazgo mundial? ¿El replanteo del poder será a favor será China? ¿Estados Unidos pasará a una posición importante pero menos notoria? De ser así, el caso sería similar al de Inglaterra, que había sido el líder hasta 1930 y que luego fue superado por EE.UU., aunque mantuvo cierta influencia.

El mundo occidental está en decadencia, pero mantiene altos niveles de PIB per cápita. El problema es que solo logra crecer muy lentamente. Los problemas se notan entre los jóvenes, pues no consiguen trabajos acordes a su capacitación. Los llaman los «mil euristas» ya que solo ganan alrededor de esa suma por mes, que es insuficiente. Incluso con la crisis actual de Europa, ha aparecido la denominación «ni mil», jóvenes que no llegan a ganar mil euros por mes. Se vive por encima de las posibilidades, y para eso hay que caer en un gran aumento de la deuda pública y también privada, tanto en Europa como en EE.UU.

Es difícil saber qué cambios socio-políticos se van a producir con las «nuevas realidades». Pero una cosa es necesaria: debemos estudiar más a China, el país que será número uno del mundo dentro de siete años.