El Presidente abandonó Los Pinos

Desde hace algunos días, el aún presidente ya abandonó Los Pinos y regresó a su casa en la colonia Las Águilas, al sur de la ciudad de México.

Felipe Calderón cada día demuestra la urgencia que tiene por concluir su mandato. No oculta su desesperación por entregar el país, antes que se les «haga calabaza la carroza», como lo declaró el mismo Presidente el pasado miércoles.

Calderón hace lo posible en busca de una despedida triunfal y aprovecha cualquier resquicio político o social para hablar de sus logros, que la mayor parte de las veces han sido sus no logros. Sin esperar a que los magistrados del Tribunal Electoral validaran los resultados, como corresponde en una nación democrática, Felipe Calderón se apresuró a reconocer el triunfo de Enrique Peña Nieto, el mismo día de las elecciones. Como lo hizo Ernesto Zedillo con Vicente Fox.

Perdido, en una vorágine de recurrentes despedidas, Calderón Hinojosa recorre los 31 estados del país y en cada uno emite un discurso de agradecimiento, donde recuerda lo «maravilloso» que fue gobernar el país y aprovecha para inaugurar hasta tres obras públicas por día.

Fue el 6 de agosto, durante una reunión con panistas cuando Felipe Calderón inició su despedida. Lo hizo interpretando una canción del músico cubano Silvio Rodríguez, llamada «Historias de las sillas», que en su letra dice: «En el borde del camino hay una silla, la rapiña merodea aquel lugar, la casaca del amigo está tendida…».

Reveló también que al inicio de su gobierno recibió una amenaza de muerte, por parte del crimen organizado, que no le impidió realizar una gira programada y aprovechó para grabar un mensaje a sus hijos; «por si algo me ocurría», dijo Calderón el 18 de agosto.

Si durante los gobiernos priístas el día del Informe fue considerado «La fiesta del Presidente», desde el 2003 el inquilino de Los Pinos no ha podido pisar el Congreso tranquilamente, por lo que establecieron como su «festejo» el 3 de septiembre, cuando convocan a sus allegados y cortesanos en Palacio Nacional.

Posterior a su Sexto Informe, Felipe Calderón oficializó su despedida al desear «éxito al Presidente electo en su mandato y pido a los mexicanos que, por encima de cualquier diferencia, lo apoyemos en lo esencial, porque sé muy bien que un presidente necesita la colaboración de todos para sacar a México adelante.»

La gira del adiós  de Calderón

El 23 de septiembre, Felipe Calderón agradeció «a la Fuerza Aérea Mexicana por su lealtad y patriotismo y por escoltar uno de mis últimos vuelos en el TP-01», escribió en su cuenta de twitter, mientras viajaba a Estados Unidos para despedirse en aquel país.

En Tabasco, la semana pasada, el Primer Mandatario se dijo convencido de haber actuado de manera adecuada en la lucha contra el narcotráfico

Incluso, se atrevió a decir que este fin de año «no se acaba el mundo» sino su gobierno. Algo así como el antes y después de Cristo, pero actualizado en su ego monumental en un antes y un después de Calderón

Entre aplausos y autoelogios, Calderón recorre el país, pero el pueblo ya calificó su gobierno fuera de las opiniones interesadas que pudieran defenderlo o atacarlo, votando en las urnas para colocar al PAN como tercera fuerza política.

El segundo presidente panista deja un país bañado en sangre. Además de las casi 60 mil muertes violentas, producto de su guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado, la Procuraduría General de la República reconoció que han sido decapitadas unas mil 300 personas durante los últimos seis años.

Alberto Curi, diputado priísta, presentó un reporte estimando que en el sexenio calderonista al menos 27 mil menores de edad fueron detenidos por diversos delitos, cifra nunca antes registrada. En tanto, el legislador estimó que, en el mismo periodo, la tasa de desocupación se duplicó, «lo que representa que más de siete millones de jóvenes no estudian ni trabajan.»

Por su parte, la diputada perredista Joaquina Navarrete estimó que el número de pobres durante el actual gobierno aumentó 6.5 millones, al pasar de 45.5 a 52 millones, aunque analistas independientes como Julio Voltvinik, estima que podría alcanzar hasta 70 millones.

Con datos de los mismos diputados, el autoproclamado «Presidente del empleo» heredará a los priístas dos millones 400 mil parados y un ejército de 14 millones de mexicanos en el empleo informal, que no genera riqueza a la Nación, pero calma el hambre de millones de familias.

Panistas despilfarran ingresos petroleros

Estas cifras nunca son mencionadas en los discursos optimistas de Felipe Calderón, durante sus últimos actos. Como que el salario mínimo subió 13 pesos en los últimos seis años, mientras que los precios de los alimentos de la dieta de los mexicanos, la tortilla, el huevo y la leche, se duplicaron.

Otro grave problema que a los panistas poco les importó atender es conservar la soberanía alimentaria. Según cifras de la Confederación Nacional Campesina, el 46 por ciento de los alimentos que se consumen en México, ya se importan.

El mercado mexicano del maíz blanco, de consumo humano, está dominado por las trasnacionales Cargill, Monsanto y DuPont. Del maíz amarillo, para alimentar ganado, se importa el 100 por ciento. Los panistas fracasaron en el manejo del país. Si el abasto y los precios de los alimentos son una desgracia para el pueblo, tampoco se supo administrar la bonanza.

Esa falta de patriotismo para procurar el bienestar de los millones de pobres, lo comprueba el hecho que durante 2001 se registraron 386 mil 579 millones de pesos por excedentes petroleros. Este monto, para 2006 aumentó a 861 mil 279.2 millones, según la Secretaría de Hacienda.

Durante la era foxista, la dependencia del gobierno de la República hacia los ingresos del petróleo alcanzó su máximo nivel en 2005, cuando representó casi el 40 por ciento del presupuesto, de acuerdo con el Centro de Análisis e Investigación Fundar. El mismo organismo reportó que en 2007 se registraron 880 mil 698 millones de pesos y para 2011 esta cifra llegó a los mil 91 millones de pesos. Fundar señaló que hasta junio de este año, el sexenio calderonista ha registrado 737 mil millones de pesos de recursos excedentes por la venta de crudo.

Exhibe auditoria superior despilfarro

En tanto, la Auditoría Superior de la Federación concluyó que en el sexenio de Vicente Fox y en los dos primeros años de la presidencia de Felipe Calderón, «los gobiernos del Partido Acción Nacional obtuvieron ingresos extraordinarios por un billón 281 mil 902.7 millones de pesos -la mitad por excedentes petroleros- que fueron dilapidados, casi en su totalidad, en el gasto corriente de la burocracia panista y de los estados y municipios.»

Específicamente en el periodo 2003 y 2008, 71.8 por ciento de esos excedentes se dedicó a ampliaciones presupuestales a dependencias federales y de los estados, que se destinaron principalmente al gasto corriente, informó el órgano fiscalizador al entregar a la Cámara de Diputados el Informe de resultados de la revisión a la Cuenta Pública 2008, en junio pasado.

Pero si alguien se pregunta dónde quedaron esos recursos, la respuesta vino de la misma Auditoria Superior de la Federación, al reportar que dos mil 912 funcionarios públicos de mandos medios y superiores del gobierno de Calderón y entes autónomos, como la Suprema Corte de Justicia y el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, recibieron un salario superior al del Ejecutivo.

El pago de esos salarios costó al erario cuatro mil 101 millones 501 mil pesos, 0.9 por ciento del total erogado en el capítulo 1000, denominado servicios personales.

Por ejemplo, el expresidente de la Corte Guillermo Ortiz Mayagoitia, obtuvo salario anual de seis millones 553 mil pesos, mientras el del Tribunal de Justicia Fiscal fue de cinco millones 725 mil 300 pesos.

En tanto la alta burocracia obtiene esos ingresos, 28 millones de mexicanos ganan menos que en 2006. Ese será el país que recibirá Enrique Peña Nieto el próximo 1 de diciembre. El que devastaron los panistas y que no será fácil ingresar a la ruta del progreso.

(Alto Poder, por Manuel Mejido.)