La revuelta contra Dios

Por Billy Graham | El pecado es una revuelta contra Dios. Es el establecimiento de una falsa independencia, la sustitución de la vida para Dios por la vida para el yo.

Cuando se trata de la entrada del pecado en el género humano, la Biblia es mucho más precisa. Enseña que por una acción de un hombre entró el pecado en el mundo, y con él todas las consecuencias universales del pecado.

Ese hombre era Adán y ese acto fue el de comer el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal que Dios le había prohibido (Romanos 5:12-19; Génesis 3:1-8; I Timoteo 2:13,14). Dios dio al hombre el don de la libertad. El hombre podía escoger entre servir y amar a Dios o rebelarse e intentar construir su propio mundo sin Dios.

El árbol de la ciencia del bien y del mal sirvió de prueba.

La causa inmediata de la rebelión del hombre fueron los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida (I Juan 2:16). “Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para la sabiduría, y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella” (Génesis 3:6).

Siglos después, Cristo enfrentó las mismas tres tentaciones en el desierto. Pero las venció todas, y así nos mostró que le es posible al hombre resistir las tentaciones de Satanás (Mateo 4:1-11).

Dios había advertido antes: “Más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Génesis 2:17).

Como resultado de la transgresión de este mandamiento de Dios por el hombre, este murió espiritualmente y enfrentó la muerte eterna.

Las consecuencias del pecado de Adán y Eva fueron inmediatas, de largo alcance y terribles. Si hubieran obedecido a Dios, sólo podemos imaginar las posibilidades que el hombre hubiera tenido en los milenios transcurridos.

No habrían existido odios, ambiciones ni prejuicios. No habrían estallado guerras. El hombre no habría conocido el sufrimiento, la enfermedad, la pobreza o la muerte.

Dios y el hombre, juntos, habrían edificado en este planeta un glorioso orden mundial que hoy es totalmente desconocido para todos.

Pero de nada vale especular sobre lo que habría podido ser. El pecado es la obstinada realidad de nuestro mundo. Debemos tenerlo en cuenta.

La Biblia enseña que el principal problema del hombre es espiritual. La base del problema en el relato del Génesis de la tentación y caída del hombre. Dios creó libre al hombre. No sólo era libre para obedecer, sino también para desobedecer.

Si no hubiera tenido la posibilidad de desobedecer, la obediencia no habría tenido sentido.

El resultado fue la muerte, tal como estaba predicho. La vida de belleza, libertad y comunión que Adán había conocido, desapareció. Su pecado tuvo como resultado una muerte en vida.

La naturaleza quedó maldita y la ponzoña del pecado inficionó a toda la familia humana. La desarmonía invadió todo el ámbito de la creación. El paraíso ganado se convirtió en el paraíso perdido.

La Tierra es ahora un planeta en rebelión.

¿Quién es el autor de este artículo?

William Franklin «Billy» Graham, Jr., nacido el 7 de noviembre de 1918, es un evangelista estadounidense, cristiano evangélico. Graham ha predicado el evangelio personalmente a más gente que nadie en la historia.  Según su equipo, más de 3.2 millones de personas han respondido a la invitación de aceptar a Jesucristo como su Salvador personal en las Campañas de Billy Graham. La audiencia de Graham durante toda su vida, incluyendo las emisiones en radio y televisión, superó los 2200 millones.