“No tengan psicología de príncipes”

El Papa les pidió a los obispos que no sean ambiciosos y criticó tanto la “ideologización del mensaje evangélico” como el “funcionalismo” que es “paralizante” para la Iglesia. Retomó los grandes lineamientos del documento de Aparecida.

El papa Francisco utilizó uno de sus últimos encuentros en Río de Janeiro para reafirmar varias de las orientaciones que pretende dar su pontificado. El pretexto fue esta ocasión el diálogo con más de 45 obispos latinoamericanos que forman parte del Comité de Coordinación del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), un organismo creado hace 57 años y que expresa el trabajo colectivo de la jerarquía católica de la región. Con lenguaje casi coloquial, pero con un discurso cargado de fuertes mensajes Bergoglio criticó tanto la “ideologización del mensaje evangélico” como el “funcionalismo” que es “paralizante” para la Iglesia y el “clericalismo” del cual responsabilizó en igual medida a los curas y a los fieles señalando “la falta de adultez y de cristiana libertad en buena parte del laicado latinoamericano”.

Dijo el Papa que “el clericalismo es una tentación muy actual en Latinoamérica” y, por primera vez desde que está en Brasil, reconoció que “la propuesta de los grupos bíblicos, de las comunidades eclesiales de base (CEB) y de los consejos pastorales va en línea con la superación del clericalismo y de un crecimiento de la responsabilidad laical”. De esta manera Bergoglio salió también al cruce de algunas de las críticas que se le habían formulado por omitir la mención a las CEB –una experiencia de base muy fuerte y arraigada en Brasil entre los sectores populares– y a las prácticas que buscan acercar la Biblia a la experiencia del pueblo.

En cuanto a la relación de la Iglesia con la sociedad el Papa descartó los “reduccionismos” que buscan limitar el mensaje del Evangelio “desde el liberalismo de mercado hasta la categorización marxista”, pero también el “restauracionismo” que “ante los males de la Iglesia busca una solución sólo en la disciplina, en la restauración de las conductas y en formas superadas que, incluso culturalmente, no tienen capacidad significativa”.

En su intercambio con los obispos latinoamericanos, concretado en la residencia de Sumaré, Bergoglio retomó los grandes lineamientos del documento de Aparecida (2007), resultado de la V Conferencia General de los Obispos Latinoamericanos celebrada en la ciudad brasileña que le dio el nombre. El hoy papa Francisco fue el presidente de la comisión redactora de aquel documento y en el texto se notan muchas de sus influencias.

Cada vez que puede Bergoglio retoma el documento de Aparecida –es el libro que suele obsequiar a los dirigentes políticos y jefes de estado que lo visitan– para insistir en que allí hay un programa de gobierno para Iglesia pero también lineamientos aplicables a la sociedad en general. Pero en este caso el Papa fue autocrítico y se incluyó en la crítica, señalando que “estamos un poquito retrasados” (los obispos) en lo que a la conversión pastoral que la tarea requiere y pidió que “sería bueno comenzar” por los propios obispos, subrayando que la tarea episcopal debe ser de servicio y que es precisamente “en la capacidad de servicio” que “se ejercita y se muestra autoridad”. No perdió tampoco la oportunidad de señalar que “el obispo debe conducir, que no es lo mismo que mandonear”.

Agregó además el Papa que “los obispos han de ser pastores, cercanos a la gente, padres y hermanos, con mucha mansedumbre, pacientes y misericordiosos”, que “amen la pobreza” y que se manejen con “simplicidad y austeridad”. Al trazar un perfil de lo que espera de los obispos subrayó también Francisco que no pueden tener “psicología de príncipes” y les pidió que no sean ambiciosos.

Del encuentro participaron los obispos argentinos Eduardo García (auxiliar de Buenos Aires), Carlos Malfa (Chascomús) y Andrés Stanovnik (Corrientes) quienes tienen actualmente responsabilidades en diferentes departamentos del CELAM. Algunas de las afirmaciones de Francisco, si bien fueron aportadas ante un auditorio latinoamericano, hablan de la perspectiva que el Papa maneja para toda la Iglesia. Insistió en la idea de que cuando la Iglesia se vuelve “autorreferencial se debilita su necesidad de ser misionera” y “se transforma en una ONG”. Bergoglio ha criticado en muchas ocasiones este perfil de ONG que percibe en ciertos miembros de la Iglesia y que, a su juicio, le impide salir de sí misma y dialogar con la sociedad.

Por Washington Uranga