A lo que está obligado Américo, desde ya

Antonio Rosario

Es del dominio público que a lo menos un montón de subalternos de Francisco García Cabeza de Vaca, mantienen en vilo a su gobierno.

Son sus enemigos directos, haciéndose pasar por colaboradores <<eficaces y leales>>, que emperrados a perpetrar grandísimas pendejadas harán que su sexenio vaya al basurero de la historia.

Como fue el de “La Morsa” Egidio Torre Cantú, despiadado gobernador que ni sus gatos más cercanos y rastreros le toman la llamada.

La misma sabandija que hasta el asesinato de su hermano Rodolfo le valió nada al ser <<compensado por accidente>> con la silla que Geño Hernández dejaba.

Una historia alucinante que las bases del PRI lamentarán por siempre.

Y, a propósito de Cabeza de Vaca, ¿será que el fin de su gobierno, que vendrá más pronto de lo que marca el calendario sexenal, quedará además salpicado de una sustancia muy hedionda por la distancia entre él y “El Truko”?

Advertidos estos neopanistas por un sujeto que observa como periodista los sexenios desde el dipsómano Emilio Martínez Manautou, en el cuarto de guerra de enfrente nadie tiene el encargo de darles, ni por caridad, la oportunidad de participar en el gobierno que iniciará el 1 de octubre el Senador Américo Villarreal Anaya.

El barco a la deriva que estos prepotentes acomplejados llevan al diabólico Triángulo de las Bermudas, que sería una de las pocas cárceles de máxima seguridad del país, y en la que ninguno de los miembros del saliente gobierno deberá ser juzgado por meras y tibias generalidades, causaría una grave conmoción para todos los tamaulipecos.

Si Egidio dejó una deuda de 17 mil millones, denunciada mediáticamente por Cabeza, este dejará, en medio de esa lógica de corrupción, un boquete de 34 mil millones de pesos.

A partir de ya, Américo Villarreal, está obligado a contratar un Consejero Jurídico con gran experiencia y profundos conocimientos en materia penal.

Respaldado por la Unidad de Inteligencia Financiera y la Auditoría Superior de la Federación, si hacen su chamba y aplican la ley, estaría el nuevo Gobierno de Tamaulipas llevando al Penal de “El Altiplano”más de mil delincuentes a su nuevo domicilio.

La condición: que les confisquen bienes y dinero.

Si no, que las cosas se queden así.

Nadie quiere ver un aire de familia como el gatopardismo, <<que cambie todo, para que nada cambie>>.