La ingeniera detrás de los tenis de ‘Volver al futuro’

Tiffany Beers, ingeniera e innovadora de Nike, describe cómo llegó a diseñar, entre otros, los zapatos HyperAdapt salidos de «Volver al futuro»… a pesar de que no le gustan los pies.

Por KATHERINE ROSMAN | BEAVERTON, Oregon — A Tiffany Beers, de 37 años, solo le faltaban la bata blanca y la cabellera electrificada cuando mostró con orgullo un surtido de botas y zapatos deportivos adornados con cables expuestos y tarjetas de circuitos al estilo de MacGyver.

Beers, formada como ingeniera y con título de innovadora sénior en Nike, trabaja en la elogiada Cocina de Innovación de la empresa, la cual adquirió ese nombre porque Bill Bowerman, uno de los fundadores de Nike, usó una plancha de waffles en una cocina para crear la “suela de waffle”, un punto de inflexión en el mundo de los zapatos deportivos.

La oficina de Beers está abarrotada de prototipos y dibujos de proyectos considerados tan importantes para el futuro de Nike que los periodistas que se niegan a firmar un acuerdo de confidencialidad, incluyéndome, tienen prohibida la entrada. Por lo tanto, Beers accedió a verse conmigo en el Blue Ribbon Studio, un espacio dedicado a la creación artística que se encuentra en el campus de Nike, a las afueras de Portland, Oregon.

“El motor jala todo en un solo movimiento, algo muy distinto de la manera en que funcionan los cordones de zapatos, los cuales se jalan de forma gradual”, dijo Beers al describir un zapato que estaba en proceso de desarrollo y al cual se refirió como el McFly. El nombre viene de Marty McFly, el personaje que interpretó Michael J. Fox en la película de 1985 Volver al futuro y en sus secuelas.

Vestida de negro, con una blusa larga y pantalones, Beers presumió los prototipos McFly, entre ellos una bota para hacer snowboard con una jareta que sirve también de adorno y que tenía un tosco interruptor colgando. Cuando le pedí que describiera sus propios zapatos, bajó la mirada y de inmediato insistió en que hiciera como que yo no los había visto por razones de confidencialidad de la empresa.

Beers podría hablar sobre su nuevo proyecto de zapatos deportivos, pero Nike probablemente tendría que matarte para mantener el secreto. Aún así, la empresa ha dado el visto bueno a que Beers presuma su papel destacado como ingeniera en jefe y gerente de los tenis inspirados en McFly, cuyos cordones se atan de manera automáticamente y que salió al mercado el año pasado bajo el nombre HyperAdapt 1.0.

Unos sensores en el tenis HyperAdapt activan un mecanismo para apretar las agujetas según la forma del pie.CreditDan Cronin para The New York Times

La película Volver al futuro II de 1989 muestra a Marty McFly, en el aparentemente inimaginable año 2015, mientras se pone unos zapatos Nike cuyos cordones se ajustan por sí solos. Esta fue la idea que tuvieron Tinker Hatfield y Mark Parker, quienes en aquel entonces eran prometedores diseñadores de la empresa.

En 2005, Hatfield y Parker –en la actualidad son, respectivamente, un diseñador estrella de Nike y el director ejecutivo de la empresa– decidieron que en verdad harían los zapatos, y Hatfield escogió a Beers como la ingeniera que supervisaría el proyecto.

En ese momento, Beers era nueva en la empresa, y esta era una aventura complementaria a los otros deberes que realizaba por aquí y por allá. Los fanáticos de Volver al futuro tuvieron que contentarse con una réplica de edición limitada del zapato futurístico llamada Nike Mag, la cual no se ajustaba sola y se vendió por medio de un sorteo para recaudar dinero destinado a la Fundación Michael J. Fox. Finalmente, en el Juego de Estrellas de la NBA de 2014, Hatfield anunció a los reporteros que los zapatos que se anudaban solos estarían listos en 2015.

Su intención era dejar claro a la empresa que esta era su máxima prioridad. “No es inaudito para mí hacer que avancen los proyectos de forma inesperada”, afirmó Hatfield. Beers solo se enteró de que se había acelerado la entrega del zapato cuando leyó en línea las entrevistas a Hatfield. Tenía cinco semanas para presentar terminado el zapato a Parker. “Tiffany estaba en la línea de fuego”, dijo Hatfield.

El HyperAdapt, que tiene sensores adentro del zapato que detectan el pie y activan un mecanismo que ajusta los cordones, fue un lanzamiento espectacular de la empresa, con el cual buscaban generar nostalgia y el deseo de algo nuevo. Hubo una demanda frenética por los zapatos, los cuales se venden por casi 720 dólares en el sitio web de Nike y en algunas de sus tiendas. Al tenerlos puestos, se siente como si hubiera una pequeña computadora debajo del arco de tu pie… porque efectivamente la hay.

Antes conseguir siquiera que se prendiera una luz en un tenis era todo un reto, pero ahora, según Beers, es lo más sencillo. CreditDan Cronin para The New York Times

Nike lleva mucho tiempo asociándose con atletas profesionales. Ahora también busca demostrar su compromiso con la tecnología, y Beers, como ingeniera, ha surgido como heroína en ese aspecto.

“No solo logramos crear un nuevo zapato deportivo genial que cuenta con tecnología avanzada, sino que le dimos una oportunidad a alguien que se volvió una inspiración para otras personas”, comentó Hatfield.

Beers no es la única mujer que está trabajando en un puesto importante dentro del mundo del calzado deportivo, o en Nike. Sin embargo, tampoco es que nade en un mar de mujeres. Esta industria, y la cultura que creó, está dominada principalmente por hombres, lo cual vuelve más notable el desempeño exitoso que tuvo Beers en un proyecto de alto perfil, señaló Elizabeth Semmelhack, curadora de la muestra itinerante Out of the Box: The Rise of Sneaker Culture (Semmelhack es la autora del libro del mismo nombre).

“El feminismo y el mundo deportivo han tenido un relación muy tortuosa”, afirmó Semmelhack, “y vale la pena destacar que los zapatos deportivos más icónicos solo vienen en tallas para hombres”. Respecto a Beers, añadió: “Trabajó en uno de los aspectos más complicados y más publicitados del diseño de estos zapatos deportivos mitológicos, y creo que es fantástico”.

“No solo logramos crear un nuevo zapato deportivo genial que cuenta con tecnología avanzada, sino que le dimos una oportunidad a alguien que se volvió una inspiración para otras personas”.

TINKER HATFIELD, DISEÑADOR DE NIKE

Beers creció en el cordón industrial, en Townville, Pensilvania (población: casi 330), y asistió al campus de la Universidad Estatal de Pensilvania en Erie, Behrend College. Ahí estudió ingeniería en plásticos mientras vivía con su abuela. En su primer año, jugó en el equipo de vóleibol de la escuela que competía en la División III. “Tan solo mido 1,62 metros, pero puedo saltar como un monstruo”, dijo.

Dejó el vóleibol un año después porque le quitaba demasiado tiempo, ya que, mientras estuvo en la universidad, también tuvo un trabajo de tiempo completo en una fábrica que hacía los marcadores Sharpie y las tapas de las latas Pringles.

Después de la universidad, Beers buscó en internet “trabajos en Nike” y encontró un puesto de ingeniero de producto. Sin importar el odio que le tiene a los pies, su trabajo soñado era laborar en la empresa de zapatos deportivos. Pocos meses después, la llamaron de Oregon para una entrevista. Antes de ir a esa cita, se fue al monte Hood para practicar snowboard.

En 2004, obtuvo el trabajo y se mudó cerca de Portland, donde trabajó en las bolsas plásticas de aire que van en las suelas de los zapatos Nike Air. Sabía que la Cocina de Innovación era donde estaba la acción, así que trabajó sin cesar para ganarse un lugar ahí.

En Nike, se impulsa a los empleados de cargos menores para que trabajen con miembros del personal superior. En 2005, Beers se presentó con Hatfield. Poco después, la llamó a su oficina y le mostró una petición en línea en la que había 30.000 nombres de personas que querían que Nike hiciera los zapatos de Volver al futuro.

“Me preguntó si podía hacer el zapato”, recordó. Beers había visto la película en su juventud, pero la vio de nuevo y fue con Hatfield para expresarle su preocupación respecto a conseguir que el zapato se iluminara como en la película. “Es tan ridículo ahora que lo recuerdo, porque las luces son sencillas”, comentó Beers. “Llamo a las luces la ‘droga inicial’. A la gente le gusta poner luces en todo tipo de cosas, y es fácil hacerlo, pero las luces conllevan sensores”.

Un prototipo del HyperAdapt CreditDan Cronin para The New York Times

Beers espera que modelos futuros más accesibles de los HyperAdapt faciliten la vida de las mujeres embarazadas que tienen problemas para agacharse y de la gente con necesidades especiales. “Hay muchas personas que no se pueden anudar los cordones, y eso es un problema porque pasan de 20 a 30 minutos al día poniéndose y quitándose los zapatos”.

Desde que emprendió el proyecto de los HyperAdapt, Beers se ha obsesionado con estudiar el comportamiento de las personas al momento de anudarse los cordones. No puede concebir que la gente no ajuste los cordones de sus zapatos a lo largo del día, que no los aflojen cuando se les hinchan los pies debido a un periodo prolongado de ejercicio o de estar de pie. “Lo llamo tolerancia al anudado”, dijo. Beers registra sus observaciones en hojas de cálculo.

Tiene hojas de cálculo para analizar su nivel en el golf. Usa hojas de cálculo para entender mejor la interacción de los ingredientes cuando hornea. Y tiene hojas de cálculo para intentar comprender la brecha de género en los deportes, la cual ella cree que existe, al menos en parte, por la segregación en los entrenamientos y en los campos de juego. “Tengo muchos cuestionamientos sobre la manera en que estamos entrenando a las atletas y la separación de los géneros en la enseñanza”, señaló.

Beers también usa hojas de cálculo para dar seguimiento a su otro trabajo: es mecánica y directora del equipo técnico del box de su esposo, Olivier Henrichot, un corredor de autos principiante que también trabaja como diseñador en Nike. Se conocieron en la Cocina de Innovación, donde establecieron un vínculo por el amor hacia sus autos deportivos: él, un Corvette; ella, un Camaro SS. Beers planea estar algún día detrás del volante, en una pista.

“Toda la vida he competido con los chicos”, afirmó Beers.