Qué le pasa exactamente a tu cerebro cuando dejas de ver porno por una temporada

El último vídeo de AsapScience comienza con dos datos de mucho peso. El primero es que Pornhub, que es solo una gota en la inmensidad del mar de porno que es Internet, tiene una media de 115 millones de visitas diarias (y eso fue en 2019, antes de la pandemia). El segundo es que el 83% de las mujeres y el 100% de los hombres entre 15 y 29 años ven porno.

A la luz de este dato podemos colegir que cualquier dato sobre los efectos del consumo de porno puede ser interesante para una amplia mayoría de la población. El problema es que hay muchas cuestiones sobre cómo afecta el porno al cuerpo (y especialmente al cerebro) de las personas que son difíciles de responder. ¿Cuánto es mucho porno? Más que en la cantidad, los pocos estudios que hay a este respecto se centran en las personas que reconocen tener una relación problemática o tóxica con el consumo de porno. Son los denominados Usuarios Problemáticos de Porno (PPU por sus siglas en inglés).

Los efectos de la abstinencia de ver porno en estas personas comienzan al segundo día de dejar su afición, momento en el que aparecen pequeños trastornos como dificultad para conciliar el sueño o un aumento de la ansiedad. Estos efectos se deben a que el cerebro tiene una cualidad llamada neuroplasticidad que hace que se adapte físiológicamente a nuestras experiencias. En el caso del porno, los escáneres cerebrales de personas con PPU revela que el consumo excesivo de porno altera el funcionamiento del núcleo estriado ventral, una zona del cerebro que controla la conducta mediante la secreción de dopamina, un neurotransmitor asociado a la sensación de placer, especialmente a la anticipación del placer.

La dopamina es uno de los sistemas que usa nuestro cerebro para recompensarnos, y ver porno a diario mantiene los niveles de dopamina elevados. Cortar ese flujo de dopamina hace que entre los días 4 y 7 de no ver porno, la ansiedad (incluso aunque no se te hayan diagnosticado problemas de ansiedad previos) te haga volver a consumir porno. El consumo de porno es lo que se conoce como un estímulo supernatural. Las situaciones sexuales nuevas y exageradas que muestra el porno suponen un estímulo superior como también lo es el consumo de bebidas azucaradas o la comida basura. Esa es la razón por la que muchas personas con PPU prefieren el porno sobre el sexo convencional.

A partir del día 14 sin porno, el cerebro comienza a procesar mejor los comportamientos relacionados con el retardo en la gratificación, lo que se traduce en una mayor capacidad para concentrarse en tareas complejas. El porno es un estímulo rápido y de fácil acceso, por lo que hace difícil concentrarse en otras tareas menos estimulantes durante mucho tiempo.

Según los estudios al respecto, los beneficios sustanciales de no ver porno no llegan hasta el día 30 de abstinencia. A partir de ese momento los sujetos son capaces de concentrarse mejor y reportan una mayor claridad de pensamiento. Nuestro cerebro, eso sí, no recupera la plasticidad normal hasta pasados tres meses de abstinencia. Llegar a este punto es complicado, pero algunos estudios apuntan a que realizar otras actividades que supongan una novedad ayuda a mantener a raya la ansiedad y a regular los niveles de dopamina.

Cómo siempre, la toxicidad de un veneno depende siempre de la dosis, y si crees que tienes un problema con el consumo de cualquier cosa, lo mejor es buscar consejo en un profesional. De todos modos, entender lo que ocurre en nuestro cerebro cuando vemos porno es un buen punto de inicio para analizar el tema sin complejos.