Aberración fashionista: amputarse el dedo meñique para llevar tacones más altos

La moda nunca dejará de sorprendernos. Y cuando las tendencias vienen del otro lado del charco nos podemos esperar cualquier cosa. Al parecer, lo último entre las estadounidenses es someterse a cirugía, pero no para devolverle la juventud al rostro ni la tersura al cuerpo, ni siquiera para separarse los dientes delanteros a lo Vanessa Paradis. Lo más ‘in’ es recurrir al bisturí para cortarse el dedo meñique del pie. ¿El objetivo? Caminar cómodamente con tacones imposibles.

La enfermiza necesidad de adaptarse al mundo de la moda comienza a ser peligrosa, y es en los últimos tiempos ha generado hábitos tan nocivos como la extirpación de los juanetes, la inyección de colágeno en la punta de los pies para no sufrir con los stilettos, o ahora la amputación del dedo pequeño del pie. La mayoría de cirujanos creen que no es ético eliminar un dedo perfectamente normal sólo por razones estéticas. Ni ético, ni saludable.

«Es una locura», sentencia el doctor Martín Anaya, cirujano plástico, reparador y estético en la clínica madrileña que lleva su nombre. «Una aberración del estilo de las ‘party botox’ que se pusieron de moda entre las americanas hace unos años. Como pasó con aquello, estoy convencido de que la operación de meñiques también se extinguirá, pues no posee ninguna base científica«.

Según explica el doctor a Vanitatis, al leer este tipo de noticias en la prensa no puede evitar sentirse ofendido como profesional: «Esto solo menoscaba nuestro trabajo. Los cirujanos lo somos por vocación, pero eso no quiere decir que estemos a disposición de las personas para hacer lo que ellos soliciten. En primer lugar estamos para ayudar al paciente y decirle lo que se debe y no se debe hacer. Es cuestión de la ética de cada uno, pero todo aquel que se preste a algo así me parece un irresponsable«, expone.

Por su parte, el doctor Moisés Amselem, otro importante profesional de la estética en nuestro país, recuerda que «antes se quitaban las costillas para conseguir una cintura de avispa y ahora son los meñiques». Con respecto a esta nueva ‘moda’ ratifica las declaraciones de su colega: «Si se realiza con control médico no existe mayor riesgo, pero hay que tener en cuenta la salud del pie. La falta de una quinta parte de apoyo en la planta hace que tengamos que modificar nuestra manera de pisar y caminar, que apoyemos donde antes no lo hacíamos, con los consecuentes problemas derivados, musculares, de columna…».

Tal y como aclaran ambos doctores, no hay nada de cierto en la creencia de que los dedos pequeños de los pies son innecesarios. «La naturaleza es muy lista. Hace dos mil años necesitábamos las muelas del juicio porque éramos depredadores, o mover las orejas como alerta ante un peligro. La naturaleza pues nos dirá si el dedo meñique deja de ser necesario. A día de hoy, para mantener una superficie de apoyo correcta, necesitamos la almohadilla del quinto dedo, y por tanto, también el quinto dedo», explica Martín Anaya. «Es algo que los médicos ni contemplamos», concluye Amselem.

En Estados Unidos, los médicos también se preocupan por el crecimiento de esta tendencia, y confirman la idea de que la falta del dedo meñique puede ocasionar una presión demasiado grande en otras zonas del pie, produciendo un desequilibrio físico. «Yo sólo hago cirugías de este tipo para las personas que tienen dolor”, aseguraba Brenner, cirujana podóloga miembro de la Asociación Americana de Podología Médica, a CBSNews. «Sin dolor, esta cirugía no tiene sentido».

La Asociación Americana de Podología Médica afirma que el 87% de las mujeres tienen problemas en los pies por usar zapatos mal ajustados e incómodos tacones altos. Con lo que dejando a un lado la frivolidad estética, el dolor es la principal razón por la que determinadas personas se someten a esta cirugía. Según Fox News, Susan Deming, una paciente que recientemente se ha acortado el meñique, se defiende así: “Yo tenía callos y todo tipo de problemas en mi pie izquierdo. Y finalmente encontré una solución. A menos que se haya estado así, sin encontrar los zapatos adecuados y sintiendo tanto dolor como yo, no se debe juzgar a nadie”.

España, a la cola en cirugía plástica

Considerar esta práctica como una tendencia es algo que en nuestro país no tiene razón de ser. Según un reciente informe de la Sociedad de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (Secpre), España se encuentra muy lejos de EE.UU, China o Brasil en lo que se refiere a cirugía estética. En términos absolutos, los datos indican que estamos entre el puesto 12 y el 15 del mundo en número de intervenciones.

De la mayoría de las operaciones realizadas en España, un 41’7% son faciales. Después se sitúan las relacionadas con el pecho (el 28,8%) y luego las liposucciones (el 19%). Por intervenciones, la más demandada es la liposucción, seguida del aumento de mama, la rinoplastia, la blefaroplastia (párpados) y la abdominoplastia. Este orden es similar al del conjunto de las operaciones a nivel internacional, tan solo cambia el orden de las de párpados y nariz.