Loret de Mola, el “perro de reserva” de Emilio Azcárraga

Un peligroso sicario “de lujo”, vestido con impecable saco y corbata al más puro estilo de las dos primeras cintas de Quentin Tarantino, anda suelto. Su nombre: Carlos Loret de Mola. Su “capo”: Emilio Azcárraga Jean. Sus armas: sendos programas de radio, Televisión y una columna en el periódico más leído de México, El Universal, la cual es reproducida en varios diarios del país.

En el transcurso de apenas 48 horas, Loret ha arremetido con saña contra diversos blancos: el gabinete de Enrique Peña Nieto (Claudia Ruiz Massieu, Enríque Martínez, Pedro Joaquín Coldwell, Jorge Carlos Ramírez Marín y Alfonso Navarrete Prida, pero eso sí, no olvidando besarle el trasero a nuestro cacarizo secretario de hacienda, el “genio de la política” Luis Videgaray), el nuevo jefe de gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, a quien acusó de estar rodeado de “lambisconería” y el ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, a quien responsabilizó, sin pruebas, de los actos de destrucción y violencia del pasado 1 de diciembre en el marco de la accidentada toma de posesión de Enrique Peña Nieto.

Como pocas personas en México se creen el cuento de que Loret de Mola es un periodista libre e independiente (hasta su propio padre, el periodista Rafael Loret de Mola, lo descalifica), para comprender las razones de los ladridos histéricos de Loret hay que voltear a ver a la empresa y a la persona que lo utilizan como vulgar perro de reserva: Televisa y Emilio Azcárraga.

¿El motivo de esta súbita “furia” del asiduo visitante de las cabañas de la marquesa (y de sus “quesadillas”)? Aparentemente, el enojo de Emilio Azcárraga Jean por el anuncio de Enrique Peña Nieto, en el primer día de su gobierno, sobre la licitación de dos nuevas cadenas de televisión abierta que competirán de manera directa con el caduco y repudiado duopolio televisivo.