LLAMA EL ISSSTE A COMBATIR ESTIGMA SOCIAL Y DISCRIMINACIÓN HACIA ENFERMOS DE LEPRA

En el Día Mundial contra la Lepra, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) se suma al llamado internacional para combatir el estigma social y discriminación hacia las personas que padecen esta enfermedad infecciosa, con el fin de proteger sus derechos humanos y salud mental, además de promover la detección temprana para evitar graves complicaciones, afirmó la coordinadora del Programa de Micobacteriosis para el Control de Tuberculosis y Lepra, de la Dirección Normativa de Salud, Margarita Ortega Lucero.

La especialista del ISSSTE informó que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) cada año se registran 210 mil casos nuevos de lepra a nivel global, mientras que en México, datos del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica refieren que en 2019 se notificaron 182 casos y en 2020 han ido en descenso, una tendencia que se ha mantenido desde hace tres décadas.

Aunque esta enfermedad es poco frecuente y desde 1994 dejó de ser un problema de salud pública en México, explicó que al atacar piel y nervios periféricos puede causar daños severos a las personas, como ceguera, parálisis facial, deformidad en rostro, orejas, manos, piel, causar múltiples lesiones y discapacidad, por lo que el Instituto promueve la búsqueda intensiva de personas que pudieran padecerla, para su detección, diagnóstico y control oportunos.

Afortunadamente, dijo, esta enfermedad es curable,  los tratamientos son gratuitos y están garantizados por la Secretaría de Salud para la población que lo necesite, a través del Programa de Micobacteriosis, que encabeza el Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (CENAPRECE).

Ortega Lucero precisó que esta estrategia es sectorial para el control y disminución de estas enfermedades en el país.

La lepra es una enfermedad infecciosa crónica causada por Mycobacterium leprae, bacteria que afecta principalmente la piel y los nervios periféricos. Se puede transmitir por medio de secreciones que se expulsan por nariz y boca al toser, hablar o estornudar, de un enfermo sin tratamiento a otra persona cercana que las respira.

No obstante, la especialista puntualizó que esta patología tiene un nivel de contagio bajo en comparación con el resto de padecimientos contagiosos, debido a que para desarrollarla es necesario tener un factor genético de susceptibilidad y un contacto prolongado de meses o años con un paciente portador sin tratamiento.

“El periodo de incubación de la lepra es muy variable, la media es de cinco años, pero incluso puede rebasar los 20; en consecuencia es más frecuente entre familiares, aunque también puede trasmitirse a personas de contacto diario y cercano en el trabajo. Parte del protocolo que seguimos en el ISSSTEal detectar un caso es hacer el seguimiento de las posibles cadenas de contagio”, subrayó.

Su tratamiento dura de seis meses a dos años dependiendo del tipo de lepra, en tanto que el seguimiento y vigilancia de los pacientes y personas en riesgo de haber sido contagiados puede llevar de dos a cinco años.

Ortega Lucero recomendó estar atentos a síntomas como la aparición de lesiones en la piel en forma de manchas blancas y rojizas y formación de nódulos, cuya principal característica es que no duelen, no sudan y no dan comezón.

Las lesiones pueden presentarse en cualquier parte del cuerpo aunque son más evidentes en cara y manos; otro signo es el adormecimiento de las extremidades, al igual que deformaciones óseas principalmente en las extremidades,  que en adultos mayores suelen confundirse con artritis.

Ante la presencia y persistencia de estos síntomas es muy importante acudir a su unidad médica más cercana para ser valorados por un médico y en caso necesario se active el protocolo de atención, concluyó la especialista.