¡A desayunar! Datos para hacerlo sin morir en el intento

Sergio M. García López – SDP Noticias | En opinión de un numeroso grupo de nutriólogos, el desayuno debe constituir la comida más importante del día. La razón descansa en que de la primera ingestión de alimento que el organismo recibe se determina el balance energético del organismo, y según diversos estudios, favorece el menor consumo de calorías en las comidas restantes, esto debido a que la ingestión de alimentos ricos en fibra regulan la producción de insulina por parte del páncreas. Adicionalmente, reduce la ansiedad de comer alimentos ricos en carbohidratos y grasas para el resto del día. Asimismo, y cómo una función importantísima, constituye la fuente necesaria de energía para el cerebro después de una noche de ayuno.

Ya desde 2006 y a partir de un estudio realizado en adolescentes (1), se descubrió que las personas que no desayunan son propensas a consumir comida rápida y, por tanto, a sufrir de obesidad, padecimiento que en México representa la principal causa de muerte por complicaciones cómo la diabetes, la hipertensión y el cáncer. Con esta evidencia podemos afirmar que es muy conveniente y saludable tomarse algunos minutos por la mañana para romper el ayuno.

Sin embargo, no todo desayuno es adecuado. Los cientos de productos que la industria de los alimentos promocionan cómo saludables para comenzar el día, son, en su mayoría, tan nocivos, o más, que los insecticidas. Revisemos.

Al puro estilo Kellogg´s, se nos recomienda como nutritivo y conveniente desayunar unas Zucaritas, un Special K o cualquier otro cereal comercial del mismo estilo, sin importar la marca del fabricante. Resulta que según diversos análisis, el consumo de un tazón de 100 gramos de alguno de estos productos, aporta un tercio o más del azúcar total recomendada por la OMS (7 cucharadas cafeteras máximo al día) cómo segura para evitar desarrollar diabetes u obesidad.

Usando esta medida, 100 gramos, el contenido promedio de azúcar en estos productos es de 13 gramos (3 cucharadas cafeteras). Adicionalmente, los cereales menos dulces, aportan almidón, 75 gramos por cada 100, que elevan la glucosa en sangre muy rápidamente, favoreciendo una mayor producción de insulina por el páncreas y por tanto, aumentando el riesgo de diabetes. No debe extrañar que muchos niños en edad escolar no solo sufran de obesidad evidente, sino de manchas obscuras en la piel, cuello y/o codos, producto de una mayor, y anormal, producción de insulina; este signo, el de las manchas, se conoce como acantosis nigricans.

Cómo cereza en el pastel, además, existe evidencia (2) del uso de maíz transgénico en la elaboración de estos productos, maíz que se ha asociado con la producción de cáncer, al grado de que diversos países han prohibido su utilización.

Por otro lado, una recomendación similar a la de los cereales se hace respecto a los jugos de “frutas”, la leche de soya y los yogurts, sobre todo bebibles. Cifras aportadas por la organización El Poder del Consumidor (www.elpoderdelconsumidor.org) revelan que un frasco de 250 mls de yogurth Activia, promovido cómo altamente saludable, contiene 32.5 gramos de azúcar, alrededor de 7 cucharadas cafeteras. El peligro salta a la vista.

A continuación comparto con ustedes, asustados lectores, el contenido de azúcar de distintas bebidas industrializadas disponibles en México.

Tras este análisis básico queda preguntar… ¿qué podemos desayunar?

Compartiré consejos sobre formas de desayuno nutritivo en mi próxima columna. Les deseo mucha salud.

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