JR, Muñoz y la señora esa, ni con la fe de los justos

ANTONIO ROSARIO –Observatorio- Los tres candidatos al Senado de la República saben de sobra que el veneno desparramado por eso que a güevo les da por llamar política, ha apilado por más de 70 años el rencor de la gente por toneladas.

José Ramón Gómez Leal, Manuel Muñoz Cano y la señora esa panista que nunca en su vida ha pisado una colonia popular y polvorienta, no pueden ahuyentar de sus “campañas” el estigma de que todo es la misma gata, nomás que bastante revolcada.

No hay humor entre la gente para escuchar las peroratas de estos tres personajes, porque no han entendido que en la política de los nuevos tiempos hablar con la verdad, sin intentar verle la cara de pendejo a todo mundo, es la fórmula del éxito electoral.

Facturar ruidos de campaña está la vuelta de la esquina que desaparezca en este país, pues todos los frentes sociales a los que visitan estas tres personas están que se vomitan de las mismas poses y fingimientos de que la vida aquí es pura felicidad, ni como jolgorios para el fregado o entretenimientos para los que ya se las dan que comen con manteca.

Estamos de acuerdo con quienes desde cualquier foro apuntan a que ni echándole crema a los tacos levantan estas campañas.

¿Será que es tanta la distorsión de la realidad que la clase política haga como que ignore que el pueblo tamaulipeco, casi todo, el 95%, vive tan deprimido, ansioso y con ganas de meterse un plomazo en la cabeza por el infierno que nos han dejado para “vivir” los últimos cinco sexenios?

Las promesas que hagan JR, Muñoz y la señora esa panista ya tocaron fondo con el hartazgo social y catastrófico que dejaron Manuel Cavazos, Tomás Yarrington, Eugenio Hernández, Egidio Torre y Cabeza de Vaca, dedicados en su tiempos a chingar al prójimo y a todo mundo.

(Y algunos animales dicen que los extrañan. ¡Este es el fin del mundo!)

En fin, a los tres candidatos sólo les queda apelar a la fe de los justos. Y creo que ni con eso.

La confianza de los ciudadanos desapareció. Y el “mundo feliz” que ofrecen ya ni a placebo llega.

antoniorosarioh@hotmail.com